Sáb. Abr 27th, 2024

Reanudamos nuestros editoriales diarios luego del habitual receso de enero. En la segunda quincena del mes pasado, destacamos el encuentro en Washington del Canciller Santiago Cafiero con el secretario de Estado de la Administración Biden, Antony Blinken, además se reunió con la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en el marco de su visita a la Unión, en busca de apoyos a las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Podemos calificar de positivo el viaje y un anticipo de la decisión del gobierno de acordar con el organismo monetario.

Según la cancillería argentina, el encuentro con Blinken “transcurrió en términos muy cordiales” y ambos funcionarios “destacaron el excelente nivel de la relación bilateral, efectuaron un repaso de los principales temas de la agenda entre ambos países y trataron cuestiones regionales y globales de interés común en el contexto de los desafíos que implica la pandemia de la COVID-19″. Sin duda que esta misión es la más importante llevada a cabo por Cafiero, un novato canciller con escasa preparación para el cargo.  No obstante, debemos manifestar que los resultados superaron nuestras expectativas.

Pero sin duda, lo más trascendental del mes, fue el principio de acuerdo logrado con el Fondo Monetario, que señala un giro hacia la racionalidad del presidente y de su gabinete.  Los enemigos del acuerdo, fundamentalmente los paladares negros del cristinismo, decían que un acuerdo paralizaría el crecimiento de la economía, una falacia que se suma a las tantas que enuncia este sector político. Sin acuerdo con el Fondo, no se podía pensar en un crecimiento sostenido de la debilitada economía argentina, el acuerdo, más que necesario resultaba fundamental y así lo entendieron los sectores más sensatos del gobierno.  

En la conferencia de prensa el Ministro Guzmán, acompañado por el Jefe de Gabinete, nuestro conocido Juan Manzur, señaló: …”se llegó al mejor acuerdo que se podía lograr y el Presidente de la Nación tomó la decisión de darle esta tranquilidad a las argentinas y argentinos” Manzur solo habló para culpar a Macri.

Si bien no se conocieron detalles de lo acordado, el ministro afirmó que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) «no es de ajuste» y que «el gasto real no cae, sino que por el contrario crece». Adelantó que “política cambiaria va a seguir en la línea en la que se ha venido llevando a cabo” y que no habrá “ningún salto cambiario”. Agregando “Se plantea una meta para 2022 de crecimiento de las reservas internacionales de 5.000 millones de dólares”.

También aseguró que se prevé una “reducción gradual pero decidida de la asistencia monetaria que realiza el Banco Central al Tesoro” y anticipó que este año, “el financiamiento monetario será de 1% del PBI; en 2023 alrededor de 0,6%; y en 2024 este será cercano a 0”. “Se apunta a converger en una situación en la cual no haya más financiamiento sistemático del Banco Central al Tesoro” señaló Guzmán. En relación a la política monetaria, Guzmán sostuvo que se aplicará “una estructura de tasas de interés reales positivas”.

El presidente, aliviado después del acuerdo, estaba listo para emprender su programada gira por Rusia y China para reunirse con sus imaginarios aliados, Vladimir Putin y Xi Jinping. Pero he aquí que, sorpresivamente, en las últimas horas de ayer le explotó una poderosa mina en la línea de flotación de su gobierno. El jefe de la bancada de diputados del Frente para Todos, el delfín, Máximo Kirchner, renunció a la presidencia del bloque (pero no a su banca), en desacuerdo con la negociación y con los resultados de la misma. En la carta de dimisión más que objetar las negociaciones por la deuda acusa, en cierta manera explícita al presidente de claudicar ante el Fondo. Alberto se la devolvió indirectamente, calificándolo como irresponsable. La crisis en la componenda gobernante está desatada, y nadie puede hoy pronosticar las dimensiones que adquirirá.

Alberto hasta este momento no canceló el viaje y será Cristina, conforme a la Constitución quien asuma como presidenta, hasta su regreso.