Jue. Mar 28th, 2024

La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) y el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) rechazaron hoy el ataque del presidente Alberto Fernández hacia la prensa y los periodistas, advirtieron sobre la posibilidad de que sus dichos impliquen una “intimidación y estigmatización” y aclararon que vincular las investigaciones sobre hechos de corrupción con el supuesto lawfare o la persecución política “no altera los hechos reportados ni puede desviar la atención”.

Ambas organizaciones que agrupan a empresas de medios como a periodistas de manera personal coincidieron en rechazar las palabras que el jefe de Estado pronunció en la Asamblea Legislativa. Allí, afirmó que periodistas a quienes no identificó deberían -a su juicio- “advertir el daño que están haciendo”, que esconden intereses detrás de la “objetividad” y que montan “campañas” para presionar al Gobierno. “Observamos como sale a la luz un perverso sistema en el que se entremezclan jueces, fiscales, pretensos espías y reconocidos periodistas para hacer un seguimiento ilegal de personas detenidas y para montar extorsiones judiciales”, afirmó Fernández.

Ante esto, ADEPA “reitera que vincular el ejercicio de la tarea periodística -que aquí y en el mundo implica muchas veces revelar lo oculto- con intereses poderosos y conspirativos no altera los hechos reportados ni puede desviar la atención respecto de estos”. Y agregó en la cuenta oficial de Twitter que “la insistencia con teorías como la del “lawfare” o una supuesta coordinación entre medios y justicia parece ser un intento por desacreditar investigaciones periodísticas y fallos judiciales, pero no modifica los hechos que les dieron sustento”.

Por su parte, el Fopea expresó en una extensa declaración que los dichos de Alberto Fernández “además de intimidatorias representan un claro peligro para los periodistas y un retroceso en la construcción democrática” y recordó que “los periodistas no son los medios ni sus empresas y que la estigmatización del periodismo por parte de las más altas autoridades del país es un mecanismo de limitación de la libertad de expresión y una práctica propia de gobernantes autoritarios. La voz hostil y descalificadora genera un efecto de intimidación sobre la expresión pública y puede tener una repercusión directa en la calle”.

“Uno de los elementos que sirven para medir una cultura democrática es el respeto al periodismo: a mayor descalificación de la tarea periodística, mayores son también las violaciones por parte de un gobierno del funcionamiento de las instituciones republicanas y sus instituciones de control. Esto no significa que se deba blindar a la prensa de las críticas ni mucho menos. En rigor, FOPEA fomenta la autocrítica y la interpelación constante de los periodistas, pero esas expresiones jamás se deben convertir en agravios y descalificaciones. Además, cuando se las hace desde la cúspide del poder, representan un acto de censura”, indicó el Foro de Periodismo Argentino.

Finalmente, resaltó: “el actual presidente tiene la costumbre de acusar al periodismo de inventar escándalos, orquestar campañas y fomentar denuncias. Esto da la sensación de que tiene un diagnóstico equivocado sobre muchos de los acontecimientos que ocurren, y esta radiografía desacertada agrava esos problemas y persigue también la intención de gobernar alejado de la crítica. FOPEA reitera una vez más que en una democracia, el rol del periodismo es insustituible. La libertad de expresión se fortalece con una mayor tolerancia, nunca con descalificaciones y agravios”.