El evento astronómico, que coincidió con el plenilunio o luna llena de septiembre y con la última de las cuatro “superlunas” de este año, se pudo apreciar a simple vista y sin ningún peligro para nuestros ojos.
El eclipse, que duró cerca de cuatro horas, comenzó cuando la penumbra de la Tierra alcanzó la Luna a las 00:41 GMT del 18 de septiembre, o 21:41 (hora local de Argentina) de este martes 17 de septiembre.
Alcanzó su punto máximo a las 23:44 (hora argentina) y finalizó en la madrugada del miércoles 18 de septiembre.
Este fenómeno es el tercer eclipse lunar de 2024, y se observó desde cualquier parte del continente americano, europeo y africano.
A diferencia de los eclipses solares, que requieren protecciones especiales para su observación, este fenómeno fue visible a simple vista, sin necesidad de utilizar elementos específicos. Durante este evento, la Luna pareció oscurecerse de manera gradual a medida que la sombra de la Tierra la cubría parcialmente.
La porción del satélite que estuvo en penumbras ofreció distintas formas y tonalidades a lo largo de la noche.
Según explican especialistas de la NASA, estas fueron las distintas etapas del eclipse de luna:
- Primer contacto de la penumbra (P1): el inicio del eclipse se da cuando la Luna comienza a adentrarse en la penumbra de la Tierra. Es la fase penumbral.
- Segundo contacto de la penumbra: la Luna se adentra totalmente en la penumbra de nuestro planeta.
- Primer contacto de la sombra (U1): nuestro satélite natural se adentra en la sombra de la Tierra. Se trata del fin de la fase penumbra y el inicio de la primera fase de parcialidad.
- Cuarto contacto de la sombra (U4): la Luna emerge por completo de la sombra de la Tierra, dando por finalizada la fase de parcialidad y comienza la segunda fase penumbral.
- Tercer contacto de la penumbra: el cuerpo celeste comienza a salir de la penumbra de nuestro planeta.
- Cuarto contacto de la penumbra (P4): la Luna sale por completo de la penumbra de la Tierra. Es el final de la fase penumbral y del eclipse.
Superluna eclipsada
Este evento astronómico también concidió con una superluna, lo que hizo al fenómeno aún más llamativo. Las superlunas ocurren cuando la Luna llena también está en su mayor cercanía a la Tierra durante su órbita elíptica, conocida como perigeo. Esta proximidad hace que el satélite se vea más grande y brillante de lo habitual.
El término “superluna” ha ganado popularidad en los últimos años y, aunque no es un término astronómico oficial, se utiliza para describir este fenómeno que suele ocurrir entre tres y cuatro veces al año. Esta fue la primera del año, y la siguiente ocurrirá en octubre.
El eclipse parcial se produce cuando la Tierra se posiciona entre el Sol y la Luna, sin bloquear completamente la luz solar. Esto crea un cono de sombra sobre la superficie lunar, oscureciendo solo una pequeña parte de ella. En esta ocasión, el oscurecimiento afectará aproximadamente el 3,5% del disco lunar visible, según varios expertos en observación astronómica.
La fase penumbral del eclipse, que es la primera en aparecer, es menos evidente, ya que se trata de una sombra difusa que provoca un ligero oscurecimiento general de la Luna. La fase parcial, en la que se observará un “mordisco” en la superficie del satélite, será más fácil de identificar y durará poco más de una hora.
Esta superluna es conocida popularmente como la “Luna de cosecha” en varios lugares del mundo, especialmente en España, ya que marca el inicio de la temporada de recolección en muchos sitios.
Este nombre proviene de antiguas tradiciones agrícolas, donde los agricultores aprovechaban la luz extra de la superluna para trabajar en los campos durante las noches de cosecha.
El último gran evento astronómico del año será el eclipse anular de Sol que se espera el 2 de octubre, aunque este fenómeno solo será visible en algunas partes de Sudamérica.
A diferencia del eclipse lunar, el eclipse solar requiere protección especial para su observación, como lentes diseñados específicamente para mirar al Sol, ya que la radiación solar puede dañar la vista de forma permanente si se observa directamente sin precauciones. En ese evento, la Luna cubrirá el centro del Sol, dejando visible solo un anillo de luz a su alrededor, lo que genera el conocido fenómeno de “anillo de fuego”.
Aunque los eclipses no son poco comunes —se producen entre cuatro y siete veces al año—, la coincidencia con la superluna añade un atractivo especial. Tras este evento, los próximos eclipses lunares se darán en marzo y septiembre de 2025, ambos totales y visibles desde diversos puntos del planeta, incluidos algunos lugares de España. También se espera un eclipse parcial de Sol el 29 de marzo del próximo año.