Dom. Abr 28th, 2024

Ayer se cumplió un importante paso de nuestro sistema democrático, la Asamblea Legislativa proclamó la fórmula presidencial, Milei – Villarruel. Senadores y diputados llenaron el recinto del Congreso y tanto opositores como oficialistas, con la excepción de unos pocos, aplaudieron a los consagrados. Presidió Cristina, con un gesto adusto, sin duda que esta tarea no le gusta, pero a diferencia de 2015 cuando se negó a entregar los atributos del mando a Mauricio Macri, esta vez cumplió con su obligación.

Lo opuesto a este acto que honra a nuestra democracia, se dio en diputados. La Comisión de Juicio Político de la Cámara, aprobó los dictámenes de acusación contra los jueces de la Corte Suprema de Justicia por mal desempeño en sus funciones.  La firma de los despachos impulsados por el oficialismo se produce a solo 12 días de la asunción del presidente electo Javier Milei, que rechaza el proceso de juicio político.

Los cuatro dictámenes de mayoría fueron firmados por los 16 miembros del Frente de Todos (FdT), ya que los 14 diputados de Juntos por el Cambio (JxC) presentaron despachos de rechazo a esos pedidos de enjuiciamiento y lo mismo hizo el representante de Consenso Federal Alejandro “Topo” Rodríguez. Para lograr esta mayoría a último momento se dieron una serie de ajustes: dos diputados massistas que dejaron la comisión, fueron reemplazados por dos kirchneristas. A estos se sumaron otros cuatro cambios para asegurar que el dictamen fuera firmado por 16 legisladores fieles a Cristina Kirchner. De esta manera la votación resultó de 16 a 15.

“El juicio político a la Corte Suprema es infame”, sostiene Mariano Cúneo Libarona, futuro ministro de Justicia, que la semana pasada visitó la Corte. Y todos estamos convencidos de que la finalidad del más duro kirchnerismo es el de amedrentar a los miembros del alto tribunal de justicia, para que asuman una posición blanda en los juicios de la vicepresidenta.

En momentos de cerrar este editorial nos anoticiamos de la muerte a los 100 años de edad, de un coloso de la política, me refiero a Henry Kissinger, el célebre ex secretario de Estado de la Unión, que tuvo gran influencia sobre la política internacional, no solo de Estados Unidos con respecto a los demás países, sino también sobre otras naciones.