Cuando un organismo tiene las defensas bajas, es propenso a contagiarse de varias enfermedades. Por ese motivo los médicos nos recomiendan cuidar las defensas.
En cierto modo es similar a lo que nos está sucediendo a nivel país, sin duda que los argentinos estamos con la moral por el suelo y vivimos un estado de indefensión peligroso. Vivimos como sociedad con las defensas bajas. Tanto es así que advertimos que diferentes males se han propagado peligrosamente. Hoy relataré un caso sucedido en Córdoba.
Era un secreto a voces que para aprobar su materia los alumnos tenían que pasar por una academia privada, “Apoyo Odontológico Córdoba” (AOC). Bajo esa fachada el contenido de las clases era brindado por un cómplice, Adrián Oscar Casalis, este era el material que luego Olmedo tomaba en los exámenes.
Abonado el supuesto curso, se le entregaba a los alumnos un «apunte» tomando recaudos para evitar que fuera compartido con otros compañeros que no concurrían a la academia: imprimía el material en hojas oscuras para que no pudiera ser fotocopiado, se numeraba cada copia para identificar a qué alumno pertenecía cada ejemplar, e incluso amenazaba a sus alumnos con que podrían enviar personas a golpearlos o no aprobar nunca más Microbiología si compartían el material.
Olmedo tenía una lista con los nombres de los que tenía que aprobar. Si el nombre y apellido no estaba en la lista, no pasaba. El alumno no aprobaba. El valor de la cuota era fijado en pesos, pero convertido a dólares, siempre osciló entre los US $600 y 1.000. El mecanismo persistió por más de 25 años con lo que se calcula que Olmedo y sus secuaces hicieron una fortuna.
La investigación, a cargo del fiscal federal Maximiliano Hairabedián, se inició en 2020 cuando una persona preguntó en la Fiscalía si había algún tipo de denuncia o investigación en torno a este asunto. El fiscal comenzó a deshilvanar el tejido armado por Olmedo y sus dos secuaces, tuvo que salir a buscar testigos, tarea que se hizo muy difícil por el miedo que existía entre los alumnos. Consiguieron el testimonio de una alumna que declaró con reserva de su identidad. Poco a poco, se fue develando la trama secreta que quedó a la luz y culminó con las condenas.
Además de la condena a Olmedo, el Tribunal condenó a los dos cómplices que estaban a cargo de la supuesta academia, Adrián Oscar Casalis y Augusto Massimino, ambos a cinco años de prisión. También fue hallada culpable la ex decana de la Facultad, Mirta Mónica Spadiliero de Lutri, condenada por incumplimiento de los deberes de funcionario público a un año y 10 meses de prisión en suspenso y cuatro años de inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Felizmente en Córdoba se descubrió esta inmoral trama y sus protagonistas fueron condenados por la justicia, pero ¿cuántos otros casos similares habrá, que no son develados?. Es una imperiosa necesidad, volver a los principios morales de los padres fundadores.
Fuente: Diario Clarín