Vie. Abr 19th, 2024

El ex ministro de Economía Martín Guzmán, fue invitado a participar de las asambleas de FMI y el Banco Mundial que se desarrollan esta semana en Washington, ciudad a la que llegó hoy también el actual titular del Palacio de Hacienda, Sergio Massa.

Según su entorno, Guzmán llegó al evento del FMI como “referente y experto del Sur Global para disertar en diferentes paneles sobre desarrollo macroeconómico, arquitectura financiera internacional, cambio climático, finanzas sustentables, deuda y otras temáticas”.

Tres meses después de renunciar, el platense se paró en la vereda de enfrente de la entidad con la que negocio durante meses y con la que firmó, en marzo pasado, el actual programa que lleva adelante la Argentina con el organismo. Pero ahora Guzmán critica duramente al Fondo: “No es una institución transparente”, aseguró ayer, antes de llegar a Washington, en un panel organizado por Friedrich Ebert Stiftung y Columbia University llamado –“El Sur Global estresado por la deuda”– en el que participó junto a su mentor y Premio Nobel, Joseph Stiglitz.

Días atrás, en panel sobre la Situación Económica Mundial y Perspectivas 2023 en la ONU, había dicho que “la política de sobrecargos del FMI es una política sin sentido por donde se la mire. Es regresiva y aumenta la inestabilidad global.

“El acuerdo que logró el Gobierno argentino en 2022 no tiene precedentes a nivel mundial”

“Es necesario que haya cambios en la arquitectura financiera internacional actual ya que beneficia a los intereses financieros de los países avanzados a costa de perjudicar a los pueblos del Sur Global”, dijo Guzmán ayer. Con todo, defendió el acuerdo que él rubricó: “El acuerdo que logró el Gobierno argentino en 2022 no tiene precedentes a nivel mundial, ya que se acordó un programa para refinanciar esa enorme deuda sin caer en las clásicas políticas de ajuste del Estado vía recortes de gasto real, ni quita de derechos a trabajadores, jubilados, ni ninguna privatización o venta de activos públicos, que tanto daño han generado en los pueblos en las décadas pasadas”.

El tema de los sobrecargos del FMI, unos USD 1.000 millones anuales que debe pagar Argentina al organismo, fue una de las banderas de Guzmán a los largo de su gestión. Y ahí se centran sus críticas al organismo de crédito.

“El FMI ni siquiera publica en su sitio web lo que paga cada país de sobrecargos de interés y tampoco se sabe en qué invierte el FMI ese dinero. El FMI no es una institución transparente”, dijo.

“Algunos accionistas del FMI plantean que la política de sobrecargos de interés ayuda a lidiar con el problema de “riesgo moral” según el cual, de otro modo, los países tendrían incentivos a pedirle prestado demasiado al FMI o a permanecer mucho tiempo como deudores del organismo. Pero, ¿quién quiere quedarse con el FMI mucho tiempo? ¿Saben lo que significa estar expuesto al FMI? Además, de qué riesgo moral estamos hablando en el contexto de una pandemia y una guerra? No tiene sentido”, agregó.

“El FMI ni siquiera publica en su sitio web lo que paga cada país de sobrecargos de interés y tampoco se sabe en qué invierte el FMI ese dinero”

Stiglitz apoyó a su discípulo en ese punto: “Además, los países no pueden tomar prestado del FMI si el FMI no les quiere prestar. Esa teoría del “riesgo moral” para los sobrecargos no tiene ningún sentido”.

En el evento de Friedrich Ebert Stiftung y Columbia University, que se realizó ayer en Nueva York, Guzmán describió que con los niveles de endeudamiento post Pandemia y la Reserva Federal de Estados Unidos subiendo la tasa de interés como lo está haciendo, varias economías del sur van a tener problemas de deudas insostenibles.

“Resolver estos problemas en el contexto de la arquitectura financiera actual va a ser aún más complejo que en las décadas recientes por la evolución del universo de acreedores. La sostenibilidad de las deudas públicas es condición necesaria para el desarrollo económico y social, para la generación de empleo”, expresó.

Guzmán también hizo referencia a la negociación con el FMi y explicó como el país había cancelado toda su deuda con el organismo en 2005. “El programa de préstamo que el Gobierno argentino acordó con el FMI en 2018, le hizo mucho daño al país. El FMI es co-responsable de lo que ocurrió. se tomó una deuda récord histórico con el FMI DE 45.000 millones de dólares, casi la mitad de esos fondos se usaron para financiar una salida de capitales y más de la mitad se usó para pagar deuda insostenible, que luego se reestructuró en el proceso que conduje como ministro en 2020″, afirmó.