Vie. Mar 29th, 2024

El escenario del país es extremadamente delicado, con gran temor por estallidos sociales dentro de un borrascoso clima económico. Los mercados han mostrado que no creen en la ministra de economía Silvina Batakis y se anuncia el desembarco en ese estratégico puesto de Sergio Massa para reemplazarla.

Pero lo grave es que, desde el presidente hasta distintos funcionarios y dirigentes sociales y gremiales importantes, siembran odio sobre el campo, el sector de la economía que da de comer al Estado y a los argentinos.

Al inaugurar un complejo hotelero en la Unidad Turística de Chapadmalal, Alberto Fernández dijo: “algunos siguen especulando con una devaluación para vender lo que tiene que vender y hacer ingresar los dólares que le permitan a la Argentina seguir creciendo”. La semana pasada ya había cuestionado a los productores rurales por “especular” con el precio del dólar y no liquidar los granos “pese a que el país lo necesita”

Desde Confederaciones Rurales Argentinas, CRA, le respondieron: “Los productores no retienen soja ni granos, simplemente escalonan ventas a lo largo de los meses para financiar sus propios gastos a lo largo del año. Ya liquidaron toda la cosecha récord de trigo, y casi toda la de maíz”.

Ni Alberto, ni los dirigentes gremiales y sociales miden los efectos de esta siembra de odio contra el sector agrícola, el único sector en nuestra economía, con evidentes ventajas competitivas que nos puede sacar de la miseria a la que nos han arrojado las equivocadas políticas populistas.

El diario Infobae publicó un infograma con los dólares que recibe un productor de soja en diferentes países: en EE. UU. u$s 530; en Uruguay u$s 512; en Brasil u$s 510; en Paraguay u$s 498 y en Argentina u$s 144.

En los países vecinos no hay retenciones ni desdoblamiento cambiario, como sucede en la Argentina, y solamente se descuenta el valor del flete desde los campos a los diferentes centros de comercialización.[i]

Pero volvamos a la situación social, que consideramos extremadamente delicada. Ayer en Concepción unos 300 militantes del Movimiento Independiente de Justicia y Dignidad (MIJD), que lidera a nivel nacional el dirigente Raúl Castells, se concentraron frente al Centro de Compras Gómez Pardo, para exigir alimentos y trabajo.

Sin duda que esto no es un saqueo que está pronto a ocurrir, como pronostica el dirigente social Juan Grabois, pero es un fuerte llamado de atención.

El sábado próximo, día de Inauguración de la muestra Rural de Palermo con su importante Acto Central, los piqueteros que responden al oficialismo, han anunciado que protestarán frente a la sede de la muestra, para reclamar que el campo liquide los granos que el Gobierno indica que tiene retenidos.

Barrios de Pie, el espacio que encabeza Daniel Menéndez, subsecretario de Políticas de Integración y Formación en el Ministerio de Desarrollo Social propone con esta iniciativa respaldar al Gobierno y al presidente Alberto Fernández, pero está jugando con fuego. Una chispa podría hacer detonar un conflicto de imprevisibles dimensiones.  Una vez más, es la irresponsabilidad de Alberto, que nunca mide sus palabras, la que pone en jaque al país.