Vie. Mar 29th, 2024
El paro de transportistas que comenzó en Tucumán se extiende a otras provincias y el problema de falta de gasoil se agudiza, no obstante las promesas presidenciales de que no faltaría el combustible y las más recientes del Jefe de Gabinete, Juan Manzur, de que el asunto se solucionaría pronto.

Y como decíamos en nuestra anterior dedicada a este gravísimo problema, Tucumán se ve especialmente afectada por que sus dos principales actividades económicas, se llevan a cabo en estos tiempos invernales, la zafra azucarera y la del limón.

El Centro Azucarero Argentino (CAA) anunció este martes que “a pesar de las medidas adoptadas por la industria azucarera para afrontar la zafra con la debida previsión en materia de abastecimiento de energía e insumos, lamentamos informar que la zafra ha tenido que ser interrumpida”.  Sin embargo, en Tucumán, un principio de acuerdo entre los empresarios del transporte y los sectores industriales del azúcar, permitirá el inicio de la zafra en los ingenios de la provincia. La Asociación de Transportistas de Carga de Tucumán (ATCT) comunicó que sus afiliados sólo mantendrán el paro por tiempo indeterminado para el traslado de citrus y granos.

Parar un ingenio azucarero y ponerlo nuevamente en marcha es muy complicado y genera importantes perjuicios económicos, además como sostiene el Centro Azucarero Argentino, “la zafra tiene un período determinado en el que puede hacerse y en el que la caña entrega un rendimiento que permite compensar los costos”, Una vez transcurrido ese período, “la producción sin duda será afectada; por lo mismo, se obstaculiza la producción y despacho de bioetanol con destino a su mezcla con naftas”, agrega un comunicado del Centro.

La falta de gasoil es responsabilidad del gobierno nacional, por imprevisión, por cálculos erróneos o simplemente por negligencia de los funcionarios que deben atender el asunto. Es sin duda fruto de un gobierno que desgobierna, que genera crisis en los más diversos aspectos de la vida ciudadana, que atiende más los reclamos de la Vicepresidenta, que intenta lograr la impunidad en sus numerosas causas judiciales, modificando normas y sistemas, como aumentar el número de miembros de la Suprema Corte. Un proyecto que sin duda abortará en el Congreso, pero tras el cual se han alineado inexplicablemente 16 gobernadores peronistas.

Cristina actúa como una fiera herida, hace valer su liderazgo, que si bien muestra hilachas de desgaste, todavía produce temor en gran parte de la dirigencia del Frente de Todos, incluido el presidente.  Sin duda que el papelón de su discurso en la Cumbre de las Américas fue por seguir sus dictados.

Con una inflación galopante, con la inseguridad que afecta a toda la sociedad y de la que el Estado se muestra impotente, con una vergonzosa pobreza que afecta a casi la mitad de los argentinos, con duros reclamos de las organizaciones sociales, con una educación destruida, con una moneda nacional que nadie la quiere, con denuncias de corrupción, con mentiras y falsedades, el país entero asiste a un feroz interna entre Cristina y su títere, el Alberto.

Nada bueno podemos esperar de esto y el mundo lo sabe, cuando el riesgo país alcanza niveles récord y ningún capital se anima a invertir en la Argentina.

A este gobierno todavía le falta año y medio de mandato constitucional. Quizás sea el momento de un acuerdo de gobernabilidad entre los que queremos que el país salga adelante que es una gran mayoría y se deje de lado a los que ladran enfurecidos sin aportar nada en beneficio del conjunto social.