Vie. Abr 26th, 2024

La escasez de gasoil a nivel nacional genera preocupación por el impacto que puede tener en las actividades comerciales, el transporte público, el turismo y en la provisión de garrafas. Un número importante de provincias no poseen redes de gas natural por lo que las garrafas son un insumo fundamental para la subsistencia de millones de argentinos.

El presidente de la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado (Cegla) lanzó una advertencia sobre el normal abastecimiento de garrafas en la zonas más afectadas por la escasez de gasoil.

Si bien desde la Secretaría de Energía de la Nación informaron que YPF aumentará la importación de gasoil en un 50% con respecto a mayo, pasando de 2 a 3 barcos, y para junio y julio a 4, la población sigue padeciendo el desabastecimiento que pone en riesgo diversas actividades económicas y la provisión de garrafas de cara a los meses más fríos del año.

En el comunicado emitido por la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado (Cegla) advierten que la escasez de gasoil en 19 provincias del país está generando un riesgo alto de faltante de garrafas. “La zona más complicada de abastecer es la del norte. No se consigue combustible en las rutas y los camiones no alcanzan a completar la distribución con los envases que trasladan”, reclamó el presidente de Cegla, Pedro Cascales.

La problemática en torno al faltante del gasoil no solamente afecta la provisión de este combustible sino que impactó en el aumento de los precios del mismo. «El poco que se está consiguiendo está con precios muy elevados, en promedio, en el interior se obtiene a $230 el litro. Sin embargo, cuanto más al norte de la Argentina se intenta llegar, más caro es el valor», explicó el titular de Cegla y agregó: “Hay demoras en el abastecimiento. Está costando acceder a algunas localidades del norte”.

La situación de las provincias que se encuentran al nordeste del país son las que están más comprometidas ya que no se encuentran conectadas a la red de gas natural. En ese sentido, un corte en el suministro del gas licuado de petróleo (GLP) en las provincias de Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones pondría a esos territorios al borde del colapso energético. «Por ahora se está logrando abastecer al 100% del país, sin embargo, la situación se encuentra al límite», destacaron en el comunicado de la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado cuyas empresas asociadas brindan energía al 40% de la población de Argentina.

Con precios atrasados

“La realidad es que el sector de gas licuado hace años que viene con precios atrasados; actualmente, después del aumento de abril, hemos acumulado en un año con solo el 20 % de incremento entre las tres etapas que tiene el gas, hasta que llega al consumidor. Estas etapas la componen el productor, el fraccionador y el repartidor que llega a los comercios o al usuario final. Ese 20 % no alcanza para cubrir el aumento de costos que tiene el sector. Hoy una garrafa cuesta 610 pesos en un comercio habilitado y para cubrir los costos de la cadena se debería hablar de un precio que es casi el doble”, señaló Cascales.

Por tal motivo, sostuvo, “se van resintiendo las inversiones, ya que en la medida que no hay rentabilidades estas se van achicando, y llegará el momento en que las empresas no podrán seguir operando, sobre todo la más pequeñas. Comparado con otros combustibles en la Argentina, a pesar de que se dice que el gas envasado es caro, esto no se condice con la realidad”.

“El tema es preocupante. Argentina es superavitario y exportador de gas licuado y petróleo, pero con este tipo de políticas de precios tan atrasados se va a generar una situación que culminará con que la industria entre en quiebra. Hay una ley, la 26.020, que dice que cada seis meses se deben actualizar los precios del gas envasado para cubrir los costos y una razonable rentabilidad, y venimos exigiendo el cumplimiento de la ley. Pero lamentablemente eso no se está dando en tiempo y forma, por lo que la situación es muy difícil”, agregó.

Cascales continuó relatando que “la situación más compleja es la del norte argentino, por las enormes distancias. Por ejemplo, el flete de un camión que lleva el gas desde Bahía Blanca hasta el norte argentino cuesta más que el precio al que está autorizado vender el gas. La gran mayoría de los consumidores están alejados de los centros de producción, y se va a ir resintiendo el abastecimiento porque las pequeñas empresas que hacen la distribución se quedarán sin márgenes”.