Vie. Mar 29th, 2024

En la fecha el periodismo argentino celebra su día. Es que el 7 de junio de 1810, pocos días después de las jornadas de mayo, que abrieron las puertas de nuestra independencia, Mariano Moreno publicaba el número uno de La Gazeta de Buenos Aires, primer periódico de la nueva etapa que vivía la incipiente Nación Argentina. Fue la Primera Junta la que dispuso por decreto su fundación, por resultar necesario anunciar al público los actos oficiales y las noticias exteriores y locales. Sus primeros redactores fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli.

 «¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?… Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de la Gazeta de Buenos Aires». [i] Escribía Moreno en ese primer número

Hasta acá los datos históricos que todos conocemos. Mucha agua ha corrido desde aquella primera publicación inspirada en las ideas patrióticas y hoy, al conmemorar 212 años de aquel suceso, tanto el periodismo gráfico, como el de los medios electrónicos, harán un alto en la cotidiana tarea de informar y analizar los hechos de la jornada, para efectuar una mirada introspectiva sobre su propio accionar, sus dificultades, sus conflictos, sus riesgos y el marco institucional, político y económico en que desarrollan su trascendental tarea. Trascendental, porque la libertad de expresión, de la que deriva la libertad de prensa, es uno de los pilares en que se asienta una democracia auténtica.

 

Según el gobierno kirchnerista de Alberto y Cristina, la prensa libre es la responsable de todos los males y eje de los planes y complots desestabilizadores. Está disconforme con las funciones que sin duda forman parte del periodismo, como analizar, opinar, sugerir y destapar los asuntos oscuros.

Pero no solo mediante presiones, amenazas y coacciones, se limita y censura a la prensa, sino también a través del caprichoso reparto de la mal llamada «publicidad oficial» y otras formas de domesticar a los díscolos.  Se establece un sistema de premios y castigos que permite anexar medios y periodistas afines que apoyan los actos de gobierno, los ponderan y los ensalzan, y de la misma forma, ocultan otros hechos que pueden resultar negativos o molestar al gobierno. De manera que, sin ingresar en la ingrata y universalmente condenada censura, se limita severamente la libertad de expresión.

Justamente hoy, cuando conmemoramos tan importante día para la renga democracia argentina, recibimos la triste noticia del fallecimiento de un gran periodista tucumano, me refiero a Rubén Rodó, por años redactor de política del diario La Gaceta y autor de una pagina memorable como fue su nota dominical “Panorama Tucumano”, que era esperada con ansias por un público necesitado de información sobre los entretelones de la política comarcal. Su pluma ácida, pero honesta, podía molestar a algunos hombres públicos, sin embargo, Rodó era reconocido y respetado por sus opiniones.  Sin duda en vida, representó a un paradigma del periodista que vivía su profesión como una verdadera pasión. Ahora ya descansa en paz.