Sáb. Abr 20th, 2024

Continuamos con el tema del necesario traslado de la Capital Federal. Decíamos que Buenos Aires es una ciudad privilegiada. Tiene los servicios públicos más baratos del país y por contraste, los promedios de salarios más altos, pero además tiene un conjunto incalculable de prebendas y beneficios.

Buenos Aires, concentra poder, riqueza y servicios que son negados a las provincias, y decíamos en relación a los subsidios en los que, también Buenos Aires es privilegiada: “Repartir equitativamente los subsidios es una medida justa y necesaria, pero no resuelve el problema de la ausencia de federalismo. La única solución, ya practicada por Brasil décadas atrás al construir Brasilia, es trasladar la capital Federal a una ciudad del interior o edificar una nueva”.

Buenos Aires Skyline Aerial View

Y continuábamos: La idea no es nueva, el último intento fue el del presidente Raúl Alfonsín que propuso trasladar la capital a Viedma-Carmen de Patagones. La ley 23.512, sancionada el 27 de mayo de 1987, que autorizaba el traslado, aún sigue formalmente vigente porque jamás fue derogada, pero ya nadie habla del asunto.

Antes hubo otras cuatro leyes para el traslado de la Capital, aunque ninguna llegó a ser aplicada. El primer intento es de 1868, con la ley 252, que mudaba la Capital a Rosario, que fue vetada por el presidente Bartolomé Mitre. Sarmiento, que sucedió a Mitre en la presidencia, fue quien más enfrentó la tenacidad de los legisladores de la época. A los pocos meses de asumir, vetó la ley 294, de 1869, que procuraba el traslado también a Rosario. En 1870 vetó la ley 462, que la trasladaba a las «inmediaciones de Villa María» en Córdoba, y en 1873, vetó otra ley que trasladaba la capital, también a Rosario, la número 620.

En 1972, con la firma del entonces presidente de facto, Alejandro Agustín Lanusse se emitió el Decreto Ley 19610 donde se declaraba «la necesidad de determinar la conveniencia, oportunidad y factibilidad de trasladar la Capital a otro lugar del territorio nacional».

Finalmente, en 2014, el diputado Julián Domínguez titular de la Cámara Baja por entonces, actual ministro de agricultura de la Nación, propone mudar la Capital de la Nación al Norte Argentino.  Decía Domínguez en ese momento «Hay que volver a repensar la Argentina, repensar en el norte grande, repensar si la capital política argentina debe estar en esta ciudad o en el norte argentino». Domínguez pone su mirada en el Norte Grande y en el Pacifico. Afirmaba entonces.«Yo creo que es importante que la Argentina vuelva a repensar el norte argentino, que vuelva a repensar su salida al pacífico» palabras del Diputado.

En una nota editorial de ese año, proponíamos a Tucumán y decíamos:

San Miguel de Tucumán, elegida por los convencionales de 1816 para ser sede de la Asamblea que declaró la Independencia de las Provincias Unidas de Sur América, es la ciudad argentina más equidistante de las naciones vecinas, Chile, Perú, Bolivia, Paraguay, Brasil y Uruguay.  Es un natural nudo de comunicaciones, tiene una estratégica ubicación central y es capital de una dinámica región.

La mayoría de los argentinos están deseosos de que la capital federal sea trasladada, solo falta decisión y coraje de un gobernante que tenga la visión estratégica de un estadista. Claro está que si pensamos en reformular Argentina, es clave una reformulación territorial