Mié. Abr 24th, 2024

Con motivo de recibir un doctorado Honoris Causa de la Universidad del Chaco Austral, la Vicepresidenta Cristina de Kirchner dio un discurso de hora y media de crudo contenido político de rivalidad con el gobierno de Alberto Fernández. Recordó que fue ella quien eligió a Alberto, cuestionó la marcha de la economía, criticó como es su costumbre a la Suprema Corte, se quejó de las prioridades de la oposición y dijo que está obligada a “debatir” porque la gente “está muy mal”

Bien sabemos de las capacidades oratorias e histriónicas de Cristina, de verba fácil, del uso de artilugios dialécticos, de sofismas y de citas históricas, generalmente parciales o erróneas y falacias. Pero ella en cada circunstancia que le toca hablar públicamente, se lleva su corte de aplaudidores como pudimos comprobar en el auditorio del Centro Cultural que lleva el nombre de su fallecido cónyuge, al dejar inaugurada la sesión plenaria de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (Eurolat), copado por sus adulones.

En el Chaco aclaró sobre su relación con Alberto, con diálogo roto desde hace tiempo, “Lo que está pasando en el Poder Ejecutivo no es una pelea; yo no le pegué a nadie, a mí nadie me pegó. Esto es un debate de ideas” dijo Cristina.

También consideró que con Alberto no puede tener una “disputa de poder” porque “no representa ninguna fuerza política” y manifestó que “Fui generosa al permitir que el presidente pudiera elegir a su gabinete económico”. Al mismo tiempo renovó las críticas contra el rumbo de la economía y lanzó un fuerte ataque al equipo que encabeza Martín Guzmán:

Cristina en otro intento de despegarse del gobierno, como si ella no fuera la vicepresidente, le pegó muy duro a la administración de Alberto: “La gente está muy mal… Por eso lo único que les pido es que nadie se haga la víctima, que acá la única víctima son los que no llegan a fin de mes, no tienen laburo, no tienen para darle de comer a los hijos y los tienen que llevar a un colegio de vuelta para que les den un plato de sopa o de carne.” Y continuó “Esta es mi mayor preocupación y también mi mayor sensación de amargura: la confianza que nos depositaron. Los anhelos, las esperanzas y la verdad que creo que no le estamos haciendo honor a tanta confianza, tanto amor y tanta esperanza que depositaron.”

Una nueva vuelta de tuerca que demuestra que Cristina es la oposición más fuerte de Alberto, que no aporta nada. Que solo sirve para generar mayor confusión y amplía la grieta interna entre el gabinete y el kirchnerismo.