Mar. Abr 23rd, 2024

No caben dudas de que en la invasión rusa a Ucrania se han cometido espantosos crímenes de guerra, como lo que ya es mencionado como la masacre de Bucha. Un episodio de este cruento conflicto que es repudiado por el mundo entero.

Y Putín, el Hitler del Siglo XXI, no parece dispuesto a ceder no obstante los reveses que ha sufrido su ejército, gracias a la firme y heroica resistencia ucraniana, algo que no esperaban los altos mandos militares rusos. Se suma la falta de preparación de las fuerzas invasoras, gran parte de ellas conformada por soldados conscriptos, y notorias fallas en la logística de abastecimiento.

Si Putín pensó en avanzar por territorio ucraniano en una suerte de blitzkrieg (guerra relámpago) los cálculos le fallaron y en ciertos lugares el ejército defensor ucraniano hizo retroceder a los rusos.

 

La paz no está cercana, por el contrario, el cruce de acusaciones y los movimientos de tropas, indican que el conflicto mantiene pleno vigor.  Las tropas rusas continúan el duro asedio a la ciudad portuaria de Mariupol, en el sureste del país, con bombardeos e intensos combates. Según informó la agencia AFP en las últimas horas, el ejército ucraniano se prepara para la «batalla final» en esta ciudad. Mientras, Estados Unidos y la Unión Europea se preparan para adoptar nuevas sanciones contra Rusia.

Fuentes señalan que hasta el momento el saldo de la guerra registra unos 24000 muertos, más de 4 millones, 300 mil refugiados, sobre un total de 11 millones que se vieron obligados a dejar sus hogares. Según algunas fuentes las bajas rusas suman ya más de 20.000.  Las pérdidas económicas son gigantescas.

 

“¡Basta, basta!” Había pedido el Papa Francisco a poco de iniciarse la guerra a la que calificó como “lugar de muerte, donde los padres y las madres entierran a sus hijos, donde los hombres matan a sus hermanos sin ni siquiera haberlos visto, donde los poderosos deciden y los pobres mueren”.

También el medio oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano dedicó en la primera semana de marzo su edición a la guerra en su versión en español. Allí el Papa Francisco manifiesta: “Quien hace la guerra olvida a la humanidad. No parte de la gente, no mira la vida concreta de las personas, sino que antepone a todos los intereses de parte y de poder. Confía en la lógica diabólica y perversa de las armas, que es la más alejada de la voluntad de Dios. Y se distancia de la gente común, que desea la paz, y que en todo conflicto es la verdadera víctima que paga sobre su propia piel las locuras de la guerra”.
“Pienso en los ancianos, en cuantos buscan refugio en estas horas, en las mamás que huyen con sus niños… Son hermanos y hermanas para los que es urgente abrir corredores humanitarios y que deben ser acogidos”, recalcó Bergoglio.La terminante posición del Papa contrasta con la diplomacia vaticana que intenta mantener cierta imparcialidad ante el conflicto. En ningún momento hubo una condena al agresor, Vladimir Putin, que sin duda se muestra ya como un cruel criminal de guerra.

Mañana continuamos