Hay ciertas palabras que ningún paciente quiere escuchar. Cáncer es, definitivamente, una de ellas. Sin embargo, según las estimaciones realizadas por el Observatorio Global del Cáncer más de 130 mil argentinos son diagnosticados con cáncer por año. Actualmente, es la segunda causa de muerte en el mundo, con más de 32 millones de personas y se prevé que aumente un 70% en los próximos 20 años.
Actualmente, la medicina de precisión aplicada a la oncología está logrando avances para tratar esta enfermedad. La terapia agnóstica trabaja sobre las anomalías genéticas de los tumores y puede usarse tanto en adultos como en niños.
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Cada día la ciencia avanza un poco más en la lucha contra el cáncer y así se logra llegar a resultados que mejoran la calidad y esperanza de vida de los pacientes. De la mano de la innovación y la tecnología, y con base en la medicina de precisión, se llegó a la terapia agnóstica, un tratamiento revolucionario para tratar la enfermedad, que se enfoca en la perspectiva molecular.
Para comprender en qué consiste, primero hay que entender qué es el cáncer. “Se trata de un grupo de enfermedades diferentes que tienen en común alguna alteración celular. Algunas células del organismo empiezan a multiplicarse de una manera descontrolada. Eso se puede producir por la transmisión de una condición hereditaria, desórdenes genéticos, pero también por factores y hábitos a los que los pacientes pueden verse enfrentados durante su vida, como por ejemplo, el tabaco. Estas células pueden invadir algún tejido, hacerlo disfuncional, y pueden transmitirse a otras partes del organismo y producir lo que se conoce como metástasis”, explicó Daniel Londero, Head de la división Pharmaceuticals en Bayer Cono Sur.
La enfermedad es compleja y no tiene un tratamiento único para todos los pacientes. Los tradicionales se centran en atacar la parte del cuerpo en la que se originan los tumores, como el pulmón, el colon, las mamas. Procedimientos como la quimioterapia tienen efectos secundarios, ya que matan muchas células cancerígenas, pero también otras sanas.
Recientemente, los oncólogos empezaron a estudiar cada vez más la enfermedad desde otra perspectiva, la molecular. El enfoque es innovador y apunta a tratar el cáncer de acuerdo a la alteración genética que le da origen y no al órgano que ataca. “Uno de los avances más importantes tiene que ver con las terapias personalizadas, que permiten tratar a un grupo de pacientes que comparten una anomalía genética particular. No importa el tejido en el que se origina el tumor ni tampoco la edad del paciente”, indicó Londero.
“De esta manera estamos entrando en la era de la medicina de precisión. Trabajamos en esto con el desarrollo de terapias agnósticas que nos van a permitir independizarnos y trabajar específicamente en ese grupo de pacientes que comparten una alteración en común, sean pacientes adultos o pediátricos. Se trata de terapias personalizadas, en función de las características genómicas y moleculares del tumor en cada caso en particular”, detalló Londero. Su ventaja es que al ser altamente específicas pueden tener una eficacia mayor, una respuesta más rápida y duradera, con efectos adversos muy probablemente menores a los que tienen los pacientes con las terapias convencionales.
Los pasos hacia un nuevo abordaje para tratar el cáncer son firmes y permiten que se desarrollen nuevos medicamentos, menos agresivos y más eficaces, que ofrecen alternativas revolucionarias y una mejor calidad de vida.
“Con el foco en la innovación estamos muy orgullosos de poder trabajar en estas soluciones para los pacientes”, sintetizó Londero.
De esta manera, la ciencia médica está logrando importantes avances en el tratamiento del cáncer que permiten alcanzar un abordaje diferencial, mejorar la calidad de vida y supervivencia de los pacientes tanto adultos como pediátricos. Se trata sin duda, de una nueva esperanza para tratar el cáncer.