Jue. Mar 28th, 2024

El 19 de este mes de octubre, se cumplieron 107 años del fallecimiento de Julio Argentino Roca, el prócer tucumano al que se adjudica con absoluta justicia, ser el forjador de la Argentina moderna. Solo la más profunda ignorancia o las manipulaciones políticas de aquellos que pretenden llevarnos al caos, puede desconocer  lo que Roca aportó al país.  En seis entregas diarias, iremos desarrollando una síntesis de su vida y su obra, utilizando nuestros editoriales del año 2014.

Julio Argentino Roca, fue dos veces Presidente de la Nación y el gran integrador territorial incorporando millones de hectáreas al espacio nacional, Fue además, gran impulsor de la educación popular a través de la Ley 1420, un estadista brillante  que generó gran desarrollo económico y social, y un hábil político que mantuvo vigencia por más de 30 años. Durante sus dos presidencias tuvieron lugar los flujos inmigratorios más significativos de nuestra historia.  Entre ellos, el de los judíos rusos que escapaban de los crueles pogromos. Fue el mismo Roca el que instruyó a los agentes consulares argentinos en Europa para que se ocuparan del asunto.

Decíamos en 2014 que los argentinos deberíamos rendir grandes honores al prócer tucumano, sin embargo, el gobierno ha resuelto ignorarlo, ni el Ejército Argentino, hará un homenaje a su memoria, no obstante haber llevado con honor el grado de Teniente General y haber sido Ministro de Guerra y de Marina en la Presidencia de Nicolás Avellaneda.  Es que, en la supina ignorancia de nuestra historia y el desconocimiento de los hechos en su verdadero contexto, la señora presidente (Cristina Fernández de Kirchner) excluye su figura e ignora los enormes aportes que Roca brindó a su patria.

Pero no es simplemente la ignorancia de nuestra historia o la miopía al observar el pasado, menos aún, la inocencia del confundido, sino las perversas intenciones de aquellos que deforman la historia a sabiendas, pretendiendo justificar acciones del presente.

Una de las injustas acusaciones que se le imponen, es la de racismo. Porque Roca, en su célebre Campaña, llamada del Desierto, ocupó unas 20000 leguas cuadradas habitadas originariamente por tehuelches. Pero no se dice que estos fueron conquistados, mestizados y asimilados por los mapuches, provenientes de Chile. Estos mapuches chilenos incursionaban en furiosos malones a caballo, en estancias y pueblos fronterizos, robando ganado que vendían en el país trasandino, matando colonos y tomando prisioneras a mujeres que llevaban a sus campamentos. A éstas, a las cautivas, los indios les hacían un tajo profundo en la planta del pié para impedirles huir. Además debían soportar la indignación y el odio de las mujeres de la tribu.

El horror del malón era indescriptible y hasta la efectiva ocupación del territorio por Roca, los indios mantenían en permanente zozobra a las poblaciones de frontera, asolándolas con todo tipo de depredaciones, robos, asesinatos y violaciones. Los malones provocaban el terror e impedían el progreso de los asentamientos al sur de Buenos Aires.

En la ignorancia de los hechos históricos tampoco se hace mención a que el militar tucumano no fue el primero que luchó contra los indios, sino que los primeros gobiernos patrios ya asumen el problema. Juan Manuel de Rosas realizó en 1833 y principios de 1834, durante el gobierno de Juan Ramón Balcarce, una primera Campaña del Desierto. Esta expedición logró el objetivo de someter a los indígenas y ampliar el territorio de Buenos Aires. Sin embargo, después de la caída de Rosas, los indios volvieron a las andadas.  
Continuaremos mañana, en un intento de aportar un poco de luz a las tan oscuras como falsas acusaciones, generadas en la ignorancia o en aviesas intenciones, contra la figura del notable tucumano, el Presidente Julio Argentino Roca.