Jue. Mar 28th, 2024

«La verdadera historia del incendio en la Casa Rosada antes de hallar muerto a Nisman», se titula una explosiva investigación publicada este martes por Clarín, con la firma del periodista Héctor Gambini.
«Aníbal Fernández ocultó el hecho, luego le cambió la fecha y finalmente dijo que el fuego no tuvo consecuencias. No fue así: se perdieron 130.000 registros de visitas a la Casa de Gobierno entre 2011 y 2015, justo el período que abarca las negociaciones del Pacto con Irán que Nisman había denunciado tres días antes», sintetiza el cronista.

El fiscal Alberto Nisman fue hallado muerto en su departamento de Buenos Aires el domingo 18 de enero de 2015. La tarde anterior, sábado 17, a las 16 horas un incendio en la Casa Rosada generó un cortocircuito que arruinó los discos donde se archivaban los registros de 130.000 visitas a la sede del gobierno argentino desde cuatro años atrás. El incendio trató de ocultarse: no se informó a los medios ni a la justicia.

Más de dos meses después y tras una publicación en Clarín, Aníbal Fernández -el máximo funcionario a cargo del episodio- debió admitir el hecho, pero mintió dos veces.

Primero cambió la fecha del suceso: dijo que el incendio había sido el 21 de febrero, 35 días después del día en que realmente ocurrió. Y después afirmó que había “backup de todo” y que “no se perdió ningún tipo de información”.

Cuando Aníbal Fernández explicaba eso, hacía 40 días que el área de Seguridad de la Casa Rosada, que dependía de él mismo, le había indicado a la empresa NEC -una firma japonesa manejada en la Argentina por un amigo suyo- que no recuperara los registros de visitas que habían desaparecido en los discos dañados. Esa información sigue perdida hasta hoy.

Casi siete años después, la Justicia aún trata de reconstruir lo ocurrido: en los registros perdidos podía haber constancias de las visitas a la Casa Rosada de los acusados de participar en el plan para darles impunidad a los iraníes que volaron la AMIA, algo que el fiscal Nisman había denunciado sólo tres días antes del incendio.

La sobrecarga eléctrica que generó el fuego fue selectiva: sólo afectó los registros de acceso al edificio. Ningún otro archivo digital resultó dañado en ninguna otra computadora de la Casa Rosada.

Los daños

Informe técnico de NEC Argentina, 10 de febrero de 2015:

“El sábado 17 de enero de 2015, aproximadamente a las 18 Hs, el servicio técnico de NEC recibió una llamada del personal de Seguridad Electrónica de la Casa de Gobierno, quien le indica que luego de un corte de energía producido por un incendio, las terminales de administración del sistema NECSIS de Control de Acceso lo muestran fuera de línea…”

“El día lunes nuestro personal técnico pudo comprobar que el incendio citado había afectado el cableado de alimentación del servidor de Control de Acceso produciendo un cortocircuito…”

“Debido al abrupto incidente de energía, se vio afectada la integridad de los discos del sistema…”

“Luego de varios intentos fallidos de repararlos, se decidió comenzar una reinstalación desde cero…Este proceso manual permitió restaurar gran parte de los datos de empleados…”

“En el caso de las personas enroladas como visitas, hay mayor volumen de usuarios a recuperar ya que las visitas en el sistema rondan los 130.000 registros (24 veces más que los registros de empleados)”.

“Por esa razón, en una reunión mantenida el día 9/2/2015, el personal de Casa de Gobierno decidió priorizar la puesta en servicio del sistema de control de acceso, dejando por el momento sin efecto la recuperación de los datos de las visitas”.

Firma Guillermo Waldhausen, gerente de Servicio Técnico de NEC.

Aquella orden de no recuperar los datos de las visitas jamás se revirtió. Un informe de la Casa Militar elaborado tres años después determinó que sólo quedaron registros manuales de entre 2011 y 2015 correspondientes a la puerta de acceso de Rivadavia 250, pero que se perdieron todos los datos de los accesos de Balcarce 24, Balcarce 50 e Hipólito Yrigoyen 219.

Junto a los archivos inutilizados también se borraron los «ingresos internos». Esto es, gente autorizada a estar en la Casa de Gobierno que accede a sitios restringidos únicamente con su clave personal o su huella digital. Por ejemplo, si alguien fue a una oficina administrativa pero luego entró y salió del despacho presidencial.
Una curiosidad: quien remitió aquella información al jefe de la Casa Militar, en 2018, es Hugo Gavassa, en ese momento Director de Informática de la Casa de Gobierno y ahora integrante del equipo de Apache Solutions, la empresa del taiwanés Chien Chia Hong que ya ganó ocho contratos con el Estado nacional desde que fue al cumpleaños de Alberto Fernández en Olivos en abril de 2020, en plena pandemia.

El sumario policial de la Comisaría 2ª del 17 de enero de 2015 se titula, sugestivamente, “Alarma de incendio”, como si finalmente el siniestro no hubiera sucedido. Esta calificación engañosa sería determinante para esconder el episodio y evitar que fuera investigado por la justicia en ese mismo momento, como debió suceder de acuerdo a los protocolos legales.

El Ayudante Francisco Sánchez contó que “estaba en el móvil 102” y a las 16.20 fue desplazado a Balcarce 50 por el Departamento Federal de Emergencias. El incendio era en un depósito de mantenimiento del primer subsuelo. Lo sofocó un equipo de bomberos a cargo del subcomisario Juan Echeverría.

El inspector Eduardo Jamur, de la división Siniestros, determinó que el fuego comenzó en el sistema de cableado del depósito, y que se pudo haber producido por un exceso de consumo energético que recalentó los cables.

A pesar del título del sumario que buscaba atenuar la gravedad de los acontecimientos, en ese mismo momento se informa que al menos cuatro personas debieron recibir atención médica y que una de ellas, el cabo primero bombero Carlos Curas, fue trasladado al hospital Churruca.

Según el sistema de emergencias médicas que actuó aquel día, las otras personas afectadas por “intoxicación por humo”, además de Curas, fueron Ricardo Moncaba (53), una persona identificada como Kilmain (44) y Emiliano Lanata (31).

“La división Siniestros pudo determinar que el hecho fue producido por una contingencia eléctrica considerando el hecho casual obra de la fatalidad y sin imputación hacia terceras personas”, dice el primer sumario, confeccionado de apuro apenas se extinguieron las llamas y sin consultar a peritos electrónicos, como veremos más adelante. Y agrega, extrañamente: “Se deja constancia que en el lugar no se observaron medios periodísticos”.

Nisman
Su título de “Alarma…” en lugar de ”Incendio” para evitar la intervención judicial y el dato documentado de que no había periodistas cerca decidieron al Gobierno a mantener el episodio en secreto.

Sin embargo, algunas personas que en ese momento hacían visitas guiadas por la Casa Rosada, y que debieron evacuar el edificio, subieron fotos de los bomberos y el autobomba que luego replicarían algunos medios. Esas imágenes inocentes, posteadas como curiosidad en una tarde de verano, certificaron por fuera del sumario interno que el incendio no fue el sábado 21 de febrero -como diría dos meses después Aníbal Fernández-, sino el 17 de enero. No 35 días después de la muerte de Nisman, sino la tarde anterior.

“Todas las bases de datos tienen backup. Hay una cierta mala leche… la información está completa y no ha generado ninguna complicación en la Casa Rosada”, dijo Aníbal a Radio Nacional Rock el 22 de marzo. La información no estaba completa, como decía Fernández. Ya no estaba más.

Tras mantener el hecho oculto durante 64 días, Aníbal se había visto obligado a referirse al incendio por una primicia del periodista Ignacio Ortelli, que publicó en Clarín el episodio, hasta entonces desconocido.

El fuego se había desatado el mismo día y casi en el mismo instante en que Diego Lagomarsino -el técnico informático ahora procesado por el asesinato de Nisman- estaba saliendo para el departamento del fiscal, que más tarde iba a aparecer muerto por un disparo de su arma.

En el parte de novedades de la Casa Rosada, el oficial principal Claudio Temprano escribió a mano, aquel sábado 17 de enero:

“16.15 Hs. aproximadamente, en momentos en que la sede gubernamental se encontraba abierta al público con motivo de las visitas guiadas, hallándose aproximadamente 400 personas, el personal policial que se hallaba en los escáners de acceso es alertado por público de un intenso humo el cual provenía de la Planta Baja, más precisamente próximo a la sala “De los pueblos originarios” donde se encuentra al costado un montacarga…”. Y, más adelante: “Se determina que el fuego se produjo por una falla eléctrica a causa del derretimiento de un cable de tensión…”.

Lo que ningún perito pudo explicar es por qué, si el incendio en los cables del subsuelo generó una recarga de tensión general -y por eso la Casa Rosada estuvo sin luz hasta las 21.20- sólo se dañaron los servers donde estaban los archivos de las visitas desde 2011 hasta ese día de 2015.

Sólo eso: lo que un juez debía buscar tras la denuncia de Nisman presentada 72 horas antes. Nada más.

Que el corte de luz fue interno y únicamente en la Casa Rosada lo certifica Edesur, que informó: “No se registra en nuestro sistema corte de suministro para el cliente 4905 correspondiente a la calle Balcarce 50 de esta ciudad el día 17/01/2015”.


Las dudas

El 5 de julio de 2018 declara el capitán Eduardo Jamur, inspector de Siniestros de la Federal. Allí cuenta que lo que se incendió fue “un depósito como para guardar cosas en desuso con baldes de pintura y cosas no utilizables y papeles”. Dice que vio “una bandeja metálica donde pasan cables de diferentes tipos de diámetros” ocasionando “una contingencia de índole eléctrica”. Y que la sobrecarga hizo que el plástico de los cables cayera “en forma de gotas encendidas” sobre papeles que había debajo y eso provocó el fuego.

Sin embargo, aclara que “para saber la causa de la sobrecarga deberíamos hacer un examen mucho más grande” porque “el motivo de la contingencia eléctrica no se determinó”. Y agrega que un ingeniero electrónico podría identificar la verdadera causa, pero que eso “tendría que haberse realizado en ese momento”.

¿Había alguien en la Federal que hiciera ese trabajo? Según Jamur, “en la división había un ingeniero electrónico pero por lo general no lo destinaban a incendios”.

Y sigue: “Una vez que termino mi trabajo me contacto con alguien de la Comisaría y pregunto si se labraban actuaciones judiciales, a lo que me contestan que no”. También declara que, además de los bomberos y la Policía, “en el lugar del incendio había más gente pero no recuerdo quiénes eran”. Y detalla: “Las personas que refiero que estaban ahí no tenían uniforme”.

También refiere no saber a qué equipos “proveían los cables afectados”. ¿Eso consta en algún registro? “No, cuando no hay intervención judicial sólo dejamos una reseña… no un informe”. Algo superficial. Como no se hizo la denuncia judicial, nadie investigó a fondo las causas reales del fuego.


El ocultamiento


¿Qué importancia podían tener esos archivos perdidos en una tarde de enero? Nisman había presentado la denuncia contra Cristina basándose principalmente en escuchas telefónicas donde colaboradores del gobierno parecían operar directamente desde la Casa Rosada.

Nisman había presentado la denuncia pero no las pruebas: 19 DVDs que contenían el material de 961 CDs con cientos de horas de escuchas que serían adjuntadas a la denuncia original el lunes siguiente. En el momento del incendio, nadie en el gobierno sabía qué tenía Nisman contra ellos. Los registros de visitas a la Rosada podrían ser comprometedores.

Salvando las distancias, esos mismos registros de ingreso, pero en la Quinta de Olivos, revelaron el movimiento de las visitas en plena pandemia que terminaron con el escándalo del cumpleaños de Fabiola Yáñez, pareja del presidente Alberto Fernández, en 2020.

Aunque en Olivos no hubo incendios en 2015, las imágenes de las cámaras de seguridad correspondientes al fin de semana de enero en que murió Nisman tampoco pudieron recuperarse. «Se borran a los 30 días y en aquel momento nadie las pidió», informó la Casa Militar.

Cuando el incendio en la Rosada comenzó a ser investigado por la Justicia, más de dos años después de ocurrido, el apoderado de NEC, Roberto Oliva, le ratificó al fiscal Gerardo Pollicita que “la operación, administración, realización de backups, gestión de la información, reportes y uso del sistema estuvieron siempre a cargo del Personal de Presidencia y no formaban parte del alcance del servicio brindado por NEC”.

“Para reconstruir el registro de visitas a Casa de Gobierno, era necesario contar con un backup -cercano a la fecha del incendio- del sistema instalado en los discos dañados. Nunca se le encomendó a NEC la reconstrucción de las visitas y tampoco se le entregó el backup necesario para hacer la tarea”.

Lo que la fiscalía pedía eran datos de los registros de visitas entre el 1° de enero de 2011 y el 9 de diciembre de 2015. Concretamente, los movimientos registrados de estas 11 personas: Héctor Timerman, Julio De Vido, Oscar Parrilli, Carlos Zannini, Angelina Abbona, Luis D’Elía, Fernando Esteche, Jorge Khalil, Andrés Larroque, Héctor Yrimia y Ramón Allan Bogado. Todos integraban la trama del plan denunciado por Nisman.

El 7 de Junio de 2017, el jefe de la Casa Militar José Luis Yofre -que sucedió a Rodríguez-, contestó que se hizo un relevamiento para buscar los discos dañados originales, pero que “no han sido hallados, por lo que no es posible recuperar la información requerida”. Por último, “se informa que no obran en esta Casa Militar soporte papel de los backups”.

Es decir: NEC dice que el backup era responsabilidad del gobierno y el gobierno informa que no hay ningún backup. Además de los archivos perdidos en un incendio extraño, tampoco se habían resguardado las copias en un lugar seguro.

El fiscal Eduardo Taiano, que investiga el asesinato de Nisman, pidió ampliar la información a partir de 2018. El comisario Adrián Pedrón, jefe de la Comisaría 2ª de la Policía de la Ciudad, le ratifica entonces que “no se encontraron actuaciones judiciales” sobre el incendio. Y se adjuntan datos de aquel día.

A las 19.14 del 17 de enero el subinspector de la Federal Diego Espíndola, de la Comisaría 2ª, escribe que sólo se informó de la novedad “al Sr. Jefe de la Policía Federal Argentina”. El jefe de la Federal era Román Di Santo, que respondía operativamente a Berni y pocas horas después estaría en la escena del crimen de Nisman muerto, igual que Berni. Di Santo nunca fue llamado a declarar.

A las 21.43, el Cuartel 1º de Bomberos de la Federal envía un fax a la Comisaría 2ª con el resultado de la pericia. Es una sola hoja firmada por el principal Budinich donde dice que la causa del incendio fue “contingencia eléctrica”, sin más detalles. Y agrega cuatro fotos de la Casa Rosada desde afuera (como las que podría tomar cualquier turista) porque aclaran que “el personal de custodia no permitió tomar fotos del interior”.

En su declaración ante la Justicia, varios años después, el comisario Juan Echeverría, de Bomberos, cuenta que le pregunta “al personal policial de la Casa de Gobierno qué se dejaba asentado y contestaron que el motivo iba a ser alarma de incendio y listo…”. “A partir de ahí se hace el informe y listo, queda en archivo”.

Echeverría recuerda que mucho tiempo después, a fines de febrero, lo llamó alguien de Casa de Gobierno y “me consultó del incendio, acerca de cómo fue… bah, las conclusiones”. A esta persona “lo conocía del Ministerio de Justicia…”.

¿Ya habían hablado antes? “Me animaría a decir que esa fue la única comunicación”, contestó.

Cuando le preguntan si cree que la contingencia eléctrica fue accidental o intencional, responde: “Entiendo que un ingeniero tiene más conocimiento pero la verdad no sé…”. Sobre si los cables pudieron haberse cortado intencionalmente, para que recalentaran, contestó que, si fue así, “no se ve, porque cuando se quema se quema todo el cobertor y queda el alma de cobre…”.


El final

El miércoles 14 de enero a la noche -tres días antes del fuego en la Rosada y cuatro antes de su propia muerte-, el fiscal Nisman fue entrevistado por el periodista Edgardo Alfano en TN. Allí explicó los lineamientos generales de su denuncia contra el gobierno de Cristina Kirchner que había llevado a la justicia esa misma mañana.
Video: El último reportaje de Nisman

Nisman: -D’Elia dice: “Estoy saliendo de la Rosada. Tengo un mensaje de la Presidenta. Hace falta algo urgente para mañana”.

Alfano: -¿Eso está todo en las escuchas?

-¡Obviamente! Y estoy siendo prudente. Hay cosas que todavía prefiero no decir. Están en las escuchas que son aún más graves.

Nisman aclara más adelante: -Tampoco le voy a decir la prueba que tengo contra todos ellos.

El fiscal estaba anunciando el miércoles que algunas de las decisiones del entramado para dar encubrimiento a los iraníes se tomaban directamente en la Casa Rosada. El fuego -el único siniestro ocurrido allí en todo el año- fue el primer día inhábil siguiente.

-¿Usted tiene custodia. La va a seguir teniendo?

-La tengo. La procuradora Gils Carbó se tomó el trabajo de llamarme para ofrecerme incrementar la custodia. Le dije no doctora. Con la que tengo me alcanza. Hoy lo voy a repensar… Ella me dijo, Dr. Nisman, piénselo, lo va a necesitar…

Las pericias consideradas por la Justicia determinaron que el fiscal fue asesinado cuatro días después. Ahora -a casi siete años de aquellos hechos- un tribunal dio por desestimada la denuncia de Nisman contra el gobierno de Cristina Kirchner en una instancia inédita, antes de comenzar el juicio y sin oír a los 300 testigos convocados. Ese fallo fue apelado a la Cámara de Casación.

Un mes después del incendio, Aníbal Fernández dejó su cargo de secretario general de la Presidencia y juró como jefe de Gabinete. Allí, mientras cambiaba la fecha y mentía sobre las consecuencias del siniestro que había borrado 130.000 registros de pruebas posibles, encabezaba una campaña feroz para denostar a Nisman desde la cumbre del Gobierno que, por alguna razón, continúa hasta hoy. /Clarín