«La verdadera historia del incendio en la Casa Rosada antes de hallar muerto a Nisman», se titula una explosiva investigación publicada este martes por Clarín, con la firma del periodista Héctor Gambini. «Aníbal Fernández ocultó el hecho, luego le cambió la fecha y finalmente dijo que el fuego no tuvo consecuencias. No fue así: se perdieron 130.000 registros de visitas a la Casa de Gobierno entre 2011 y 2015, justo el período que abarca las negociaciones del Pacto con Irán que Nisman había denunciado tres días antes», sintetiza el cronista.
El fiscal Alberto Nisman fue hallado muerto en su departamento de Buenos Aires el domingo 18 de enero de 2015. La tarde anterior, sábado 17, a las 16 horas un incendio en la Casa Rosada generó un cortocircuito que arruinó los discos donde se archivaban los registros de 130.000 visitas a la sede del gobierno argentino desde cuatro años atrás. El incendio trató de ocultarse: no se informó a los medios ni a la justicia.
Más de dos meses después y tras una publicación en Clarín, Aníbal Fernández -el máximo funcionario a cargo del episodio- debió admitir el hecho, pero mintió dos veces.
Primero cambió la fecha del suceso: dijo que el incendio había sido el 21 de febrero, 35 días después del día en que realmente ocurrió. Y después afirmó que había “backup de todo” y que “no se perdió ningún tipo de información”.
Cuando Aníbal Fernández explicaba eso, hacía 40 días que el área de Seguridad de la Casa Rosada, que dependía de él mismo, le había indicado a la empresa NEC -una firma japonesa manejada en la Argentina por un amigo suyo- que no recuperara los registros de visitas que habían desaparecido en los discos dañados. Esa información sigue perdida hasta hoy.
Casi siete años después, la Justicia aún trata de reconstruir lo ocurrido: en los registros perdidos podía haber constancias de las visitas a la Casa Rosada de los acusados de participar en el plan para darles impunidad a los iraníes que volaron la AMIA, algo que el fiscal Nisman había denunciado sólo tres días antes del incendio.
La sobrecarga eléctrica que generó el fuego fue selectiva: sólo afectó los registros de acceso al edificio. Ningún otro archivo digital resultó dañado en ninguna otra computadora de la Casa Rosada. Los daños
Informe técnico de NEC Argentina, 10 de febrero de 2015:
“El sábado 17 de enero de 2015, aproximadamente a las 18 Hs, el servicio técnico de NEC recibió una llamada del personal de Seguridad Electrónica de la Casa de Gobierno, quien le indica que luego de un corte de energía producido por un incendio, las terminales de administración del sistema NECSIS de Control de Acceso lo muestran fuera de línea…”
“El día lunes nuestro personal técnico pudo comprobar que el incendio citado había afectado el cableado de alimentación del servidor de Control de Acceso produciendo un cortocircuito…”
“Debido al abrupto incidente de energía, se vio afectada la integridad de los discos del sistema…”
“Luego de varios intentos fallidos de repararlos, se decidió comenzar una reinstalación desde cero…Este proceso manual permitió restaurar gran parte de los datos de empleados…”
“En el caso de las personas enroladas como visitas, hay mayor volumen de usuarios a recuperar ya que las visitas en el sistema rondan los 130.000 registros (24 veces más que los registros de empleados)”.
“Por esa razón, en una reunión mantenida el día 9/2/2015, el personal de Casa de Gobierno decidió priorizar la puesta en servicio del sistema de control de acceso, dejando por el momento sin efecto la recuperación de los datos de las visitas”.
Firma Guillermo Waldhausen, gerente de Servicio Técnico de NEC.
Aquella orden de no recuperar los datos de las visitas jamás se revirtió. Un informe de la Casa Militar elaborado tres años después determinó que sólo quedaron registros manuales de entre 2011 y 2015 correspondientes a la puerta de acceso de Rivadavia 250, pero que se perdieron todos los datos de los accesos de Balcarce 24, Balcarce 50 e Hipólito Yrigoyen 219.
Junto a los archivos inutilizados también se borraron los «ingresos internos». Esto es, gente autorizada a estar en la Casa de Gobierno que accede a sitios restringidos únicamente con su clave personal o su huella digital. Por ejemplo, si alguien fue a una oficina administrativa pero luego entró y salió del despacho presidencial. Una curiosidad: quien remitió aquella información al jefe de la Casa Militar, en 2018, es Hugo Gavassa, en ese momento Director de Informática de la Casa de Gobierno y ahora integrante del equipo de Apache Solutions, la empresa del taiwanés Chien Chia Hong que ya ganó ocho contratos con el Estado nacional desde que fue al cumpleaños de Alberto Fernández en Olivos en abril de 2020, en plena pandemia.
El sumario policial de la Comisaría 2ª del 17 de enero de 2015 se titula, sugestivamente, “Alarma de incendio”, como si finalmente el siniestro no hubiera sucedido. Esta calificación engañosa sería determinante para esconder el episodio y evitar que fuera investigado por la justicia en ese mismo momento, como debió suceder de acuerdo a los protocolos legales.
El Ayudante Francisco Sánchez contó que “estaba en el móvil 102” y a las 16.20 fue desplazado a Balcarce 50 por el Departamento Federal de Emergencias. El incendio era en un depósito de mantenimiento del primer subsuelo. Lo sofocó un equipo de bomberos a cargo del subcomisario Juan Echeverría.
El inspector Eduardo Jamur, de la división Siniestros, determinó que el fuego comenzó en el sistema de cableado del depósito, y que se pudo haber producido por un exceso de consumo energético que recalentó los cables.
A pesar del título del sumario que buscaba atenuar la gravedad de los acontecimientos, en ese mismo momento se informa que al menos cuatro personas debieron recibir atención médica y que una de ellas, el cabo primero bombero Carlos Curas, fue trasladado al hospital Churruca.
Según el sistema de emergencias médicas que actuó aquel día, las otras personas afectadas por “intoxicación por humo”, además de Curas, fueron Ricardo Moncaba (53), una persona identificada como Kilmain (44) y Emiliano Lanata (31).
“La división Siniestros pudo determinar que el hecho fue producido por una contingencia eléctrica considerando el hecho casual obra de la fatalidad y sin imputación hacia terceras personas”, dice el primer sumario, confeccionado de apuro apenas se extinguieron las llamas y sin consultar a peritos electrónicos, como veremos más adelante. Y agrega, extrañamente: “Se deja constancia que en el lugar no se observaron medios periodísticos”.