Vie. Abr 19th, 2024

Mañana se cumplen 20 años de los atentados del 11 de septiembre de 2001, también llamados como 11S, cometidos por la red «Al Qaeda», mediante el secuestro de aviones comerciales para ser impactados contra diversos objetivos y causaron la muerte de más de 3000 personas, incluidos los 19 terroristas, la desaparición de 24 víctimas, y más de 25 mil heridos, muchos de ellos con lesiones permanentes.

Implicó la destrucción de todo el complejo de edificios del World Trade Center, con las Torres Gemelas de Nueva York y graves daños en el Edificio del Pentágono, sede del Departamento de Defensa de los EEUU. Hoy repetiré algunas de las reflexiones que el suceso me provocara

Estemos o no de acuerdo con la política exterior de los Estados Unidos; compartamos o no sus procedimientos y/o ideales; nos resulten simpáticos o no los norteamericanos, ninguna persona debe dejar de repudiar el atentado, porque fue un crimen de lesa humanidad y un gran retroceso para la humanidad en su conjunto.  Las vidas que se perdieron ese día representaban diversos orígenes, razas, edades y religiones. Hubo 139 latinoamericanos muertos, entre ellos 21 argentinos.

Y como seres humanos, profundamente entristecidos y acongojados por el dolor y la inútil pérdida de vidas, elevamos por las víctimas, una oración.

El Siglo XXI se inauguró de esta brutal manera y el temor de nuevos atentados terroristas desde entonces, se extendió sobre todo el planeta. Es que se ha desatado una guerra encubierta que enfrenta a Occidente con el fundamentalismo islámico. Y, en esto quiero ser preciso, no se trata de un enfrentamiento entre religiones, tampoco entre naciones y, mucho menos aún, de un choque de civilizaciones.   Porque el terrorismo no tiene patria ni códigos morales, tampoco tiene una religión. Es puro odio y desprecio por la humanidad. Sin ataduras de ninguna especie.

Luego del 11 de septiembre la humanidad se puso en alerta máxima. A pesar de ello se produjeron dolorosos actos terroristas en todo el planeta. Casi a diario explota una bomba, un golpe armado; se usa todo tipo de artefacto que sirva para matar, armas de gruesos calibres, granadas, minas terrestres, autos cargados de explosivos y hombres bombas suicidas.  Días atrás se produjo un ataque terrorista suicida en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul, dejando un saldo de 92 fallecidos, incluyendo 13 soldados norteamericanos. Pero fuentes sanitarias locales citadas por The New York Times, CBS y ABC News suben el número de muertes afganas y de otras nacionalidades a 170, además de los 13 estadounidenses

¿Será esta forma de vida, en permanente zozobra la que caracterice a esta época?   Durante el siglo anterior, el planeta protagonizó dos atroces guerras mundiales y una tercera no declarada (la guerra fría) además hubo infinidad de conflictos regionales. En los comienzos de una nueva centuria estábamos convencidos de que habíamos ingresado en un período de paz y armonía entre las naciones. Hasta que el 11 de septiembre de 2001, nos sacudimos con el horror. Nuevamente odios ancestrales estallaban. Y nuevamente la humanidad toda se alertaba.Zona de los archivos adjuntos