Mié. Abr 24th, 2024

Ayer los periodistas argentinos celebraron su día. Es que se recuerda que un 7 de junio, pero de 1810, Mariano Moreno publicaba el número uno de La Gazeta de Buenos Aires, primer periódico de la nueva etapa que vivía la incipiente Nación Argentina tras la revolución de mayo. Fue la Primera Junta la que dispuso por decreto su fundación, por resultar necesario anunciar al público los actos oficiales y las noticias exteriores y locales. Sus primeros redactores fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli.

 «¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?… Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de la Gaceta de Buenos Aires». [i] Escribía Moreno en ese primer número

Hasta acá los datos históricos que todos conocemos. Mucha agua ha corrido desde aquella primera publicación inspirada en las ideas patrióticas y hoy, al conmemorar el suceso, en medio de la pandemia que asola a la humanidad, tanto el periodismo gráfico, como el de los medios electrónicos efectuarán una mirada introspectiva sobre su propio accionar, sus dificultades, sus conflictos, sus riesgos y el marco institucional, político y económico en que desarrollan su trascendental tarea. Trascendental, porque la libertad de expresión, de la que deriva la libertad de prensa, es uno de los pilares en que se asienta una democracia republicana auténtica.

¿Podemos considerar que hay libertad de prensa plena en la Argentina de hoy, gobernada por el kirchnerismo y con restricciones justificadas en la pandemia, que avanzan sobre las libertades y derechos consagrados por nuestra Ley Suprema? Sin duda que se advierten fuertes presiones para acallar a la prensa critica y un apoyo desmedido a la prensa militante oficialista, generándose una grieta muy profunda también en el periodismo.

Adepa[ii], en su informe semestral titulado “Sombras para el ejercicio de la libertad de prensa” advierte que: “El clima para el ejercicio de la actividad periodística se ha deteriorado desde que comenzó a extenderse la pandemia en la Argentina. Las crisis siempre impulsan restricciones. En estos días, las autoridades y la ciudadanía debaten sobre la jerarquía, la oportunidad o la magnitud de algunas de ellas. Estas discusiones se dan en todo el mundo. Respecto de la libertad de prensa, algo resulta claro: si esta es cercenada, lo que se debilita es la posibilidad de una resolución coordinada y democrática del desafío sanitario que enfrentamos. De ese modo no podríamos consensuar una salida común; tampoco resolver aquello que no conocemos ni analizamos”. Esto es lo que planteó el titular de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de ADEPA, Daniel Dessein, durante la lectura del informe ante directivos y representantes de medios de todo el país, reunidos a través de medios virtuales.

La prensa argentina como la de todo el planeta, en general, ha tenido un papel importantísimo para hacer que la población se mantenga informada, escuche a los expertos y cumpla con los procedimientos dispuestos por las autoridades sanitarias. Sin embargo, hay casos de primeros mandatarios que han deslegitimado el rol de la prensa libre en plena pandemia, tal el caso de Donald Trump, en EEUU, Jair Bolsonaro en Brasil y Alberto Fernández en nuestro país.
Es que existe temor de los hombres públicos por la prensa libre, que señala sus desvíos y actúa como celoso fiscal de la Constitución, de las leyes y de la necesaria transparencia en el manejo de los dineros públicos.