Vie. Mar 29th, 2024

Una frase muy utilizada para indicar sorpresa o perplejidad ante un hecho insólito, es atribuida a Don Quijote, cuando el Ingenioso Hidalgo dice: “Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras”, sin embargo Don Miguel de Cervantes nunca puso en la boca de su personaje tales palabras.  Parece ser que la expresión tiene una raíz literaria mucho más antigua, al parecer se remonta al Cantar de Mío Cid, cuando Rodrigo Díaz de Vivar le dice a al rey Alfonso VI, “Muchos males han venido por los reyes que se ausentan…” y el Rey le contesta: “Cosas tenedes, Cid, que farán fablar las piedras”

Pero no es mi intención escarbar en las raíces literarias de ciertas expresiones, sino expresar mi asombro y perplejidad al saber que el condenado a la cárcel por la justicia, el ex Vicepresidente, Amado Boudou, dará clases sobre el llamado “lawfare” en la universidad de Buenos Aires.

La palabra inglesa lawfare, utilizada por la actual Vicepresidenta Cristina de Kirchner procesada en varias causas, es una invención creada para referirse al ataque contra oponentes políticos utilizando indebidamente los procedimientos legales, para dar apariencia de legalidad. Un artilugio ficticio, sin duda.

Pero lo cierto es, y los argentinos lo sabemos bien, que los procesos y las condenas a los políticos kirchneristas, han sido motivados por delitos concretos, debidamente probados en la justicia. La gran mayoría de los casos se tratan de hechos de corrupción.

Amado Boudou acumula media docena de procesos. Recibió condena firme por la compra de Ciccone, la única imprenta no estatal que fabricaba billetes. La maniobra resultó un gran escándalo, tanto que la entonces presidenta, Cristina, se vio obligada a despedir al jefe de los fiscales, apartar al juez y al fiscal y finalmente estatizar la empresa.

Cuando era ministro de Economía, Boudou armó otro vergonzoso negociado. Propuso al gobernador de Formosa, el inefable Gildo Insfran, que contrate a la consultora The Old Fund, la misma que después compró Ciccone, para que negociara la deuda de la provincia con el Ministerio que él mismo conducía. La consultora cobró casi dos millones de dólares por la gestión.

En 2012 dio una conferencia de prensa utilizando en su defensa el hecho de que ya había sido imputado y absuelto en muchas otras denuncias judiciales. En esa oportunidad dijo: “He tenido más de 20 causas penales, de las cuales 18 están cerradas”[i]

El sitio Chequeado informa que: efectivamente el funcionario fue denunciado en muchas ocasiones. El registro de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal da cuenta de 54 causas donde está imputado. Ellas no incluyen las que se puedan haber iniciado en tribunales de Mar del Plata, antes de su incorporación al gobierno nacional. Las acusaciones van desde la propiedad de un auto con falsos papeles o la compra sin licitación de automóviles para el Ministerio de Economía, hasta una denuncia por daño al patrimonio histórico por la remodelación del Senado.

Salió de la cárcel donde cumplía su condena y está con libertad condicional. Consiguió colarse entre los primeros presos que se fueron a casa por la pandemia, metido en los grupos de riesgo sin que corriera ningún riesgo. Un juez lo sacó de la cárcel con el insólito argumento de que su mujer precisaba ayuda para cuidar a sus dos hijos. La casa donde viven tiene pileta, cinco dormitorios, quincho y hasta ascensor propio. ¿Tiene una casa así y no tiene plata para que ayuden a su mujer?[ii]

Boudou es el ejemplo más cabal de la tragicomedia argentina. El colmo es que ahora dicte cátedra sobre ética y justicia y lo que llaman el “lawfare”, en la mayor universidad del país. “Cosas veredes, Sancho, que farán fablar las piedras”