Vie. Mar 29th, 2024

El lunes 17 de agosto, es el día en el que los argentinos honramos la memoria del Libertador José de San Martín, un hombre de condiciones excepcionales y de una moral intachable.

Fue militar del Ejército español, sin embargo, dedicó su vida a servir a su patria natal. Hay que comprender su patriótico pensamiento, que bien puede ser interpretado en lo que escribió en 1848: “yo serví en el ejército español, en la Península, desde la edad de trece a treinta y cuatro años, hasta el grado de teniente coronel de caballería. Una reunión de americanos en Cádiz, sabedores de los primeros movimientos acaecidos en Caracas, Buenos Aires, etc., resolvimos regresar cada uno al país de nuestro nacimiento, a fin de prestarle nuestros servicios en la lucha, pues calculábamos se había de empeñar». San Martín y otros rioplatenses desembarcaron el 9 de marzo de 1812 en Buenos Aires, la ciudad capital del antiguo Virreinato del Río de la Plata, para contribuir decididamente a la emancipación de los pueblos de América.

La epopeya del General Don José de San Martín es bien conocida por los argentinos, chilenos y peruanos, por lo que no volveremos a relatarla hoy. Sin embargo resulta interesante señalar que el mismo lunes, Día del Libertador, un ejemplo de integridad moral, que contrasta con la de los actuales dirigentes, es el elegido por gran parte de la sociedad argentina para realizar un nuevo banderazo en rechazo a las políticas del gobierno.  

El banderazo, semejante a los ya realizados en otras fechas patrias de este año, como el del 20 de junio y el del 9 de julio, son marchas ciudadanas pacíficas, equivalentes a peticionar al gobierno nacional para que modifique sus procederes, recordando que el Artículo 14 de la CN consagra este derecho.

La motivación principal de este petitorio, que no dudamos, será acompañado por multitudes en todo el país, es la reforma judicial, propuesta en plena pandemia, con récord de contagios y de muertes. Una reforma que no oculta su motivo espurio, otorgar impunidad al fabuloso saqueo al Estado, de Cristina y sus secuaces.

Acaba de aprobarse en el Congreso una escandalosa Ley de moratoria, que premia al zar del juego y empresario kirchnerista Cristóbal Lòpez, deudor del fisco por unos 10.000 millones de pesos del 2015, que en dólares suman cerca de 1000 millones de la divisa norteamericana. No se trata de una simple evasión de impuestos, se trata de una defraudación al Estado, que la realizó por años. Desde el mismo momento en que creó la empresa OIL en 2011, se quedó con el impuesto a los combustibles y con ese dinero que no era suyo, se financió y compró más de un centenar de empresas. Para no extendernos, el tema de la defraudación supermillonaria de López, lo dejamos para otra nota editorial.  

La larga y polémica cuarentena, tanto por extensión como por su oportunidad, no ha logrado evitar la propagación del virus, el que se está difundiendo en magnitudes muy altas de contagios. Actualmente suman más de 7000 los casos diarios y 2,5 centenares de muertos en cada jornada. La economía está destruida, cientos de miles perdieron sus empleos, una cantidad imprecisa de pymes cierran sus puertas definitivamente y las fábricas, las que pueden, trabajan a media máquina. La pobreza, según expertos, ya ha superado el 50 % y la miseria acecha a millones de hogares.  

Otro tema es la inseguridad, una preocupación básica de la gente, que vive en miedo, permanente. Miedo a que te maten a vos y a tus seres queridos, con un Estado que se muestra incapaz de detener a la feroz delincuencia y que de alguna manera la fomenta, dejando en libertad a cientos de presos peligrosos.

El gobierno debe entender que los argentinos no somos tontos, y que Argentina no es Venezuela; que más de la mitad de la ciudadanía bien sabe ya, de sus burdas maniobras. Hace tiempo que dejó de aceptar la falsa opción de Alberto Fernández de muerte o economía. Está comprobando que no obstante la cruel destrucción de la economía, la muerte continúa presente.

La marcha no es anti cuarentena, es por todo lo que el gobierno ocultó para atropellar a las instituciones, utilizando la pandemia como camuflaje. El pueblo se lo cobrará.

La consigna para la marcha del lunes es SEGURIDAD, JUSTICIA Y REPÚBLICA.