Cuantas veces habrá dicho Ud. «Viva la Pepa», para referirse a una situación de jolgorio, bullicio, vagancia y/o irresponsabilidad. Pero es muy probable que no conozca el origen de la expresión. Veamos de donde sale: La Constitución española de 1812, fue promulgada por las Cortes Generales de nuestra Madre Patria, justamente el 19 de marzo, día de San José, de allí que fuera popularmente conocida como «La Pepa». Esta Carta Magna que oficialmente estuvo vigente solo un par de años, tiene significativa importancia, por tratarse de la Primera Constitución sancionada en España y ser una de las más liberales de su tiempo. Al regreso de Fernando VII al trono, éste la hizo desaparecer; el pueblo comenzó a manifestar su rechazo al régimen absolutista del Monarca, con el grito de «Viva la Constitución», reemplazado luego por el «Viva la Pepa».
La Constitución establecía el sufragio universal masculino, la soberanía nacional, la monarquía constitucional, la separación de poderes, la libertad de imprenta, acordaba el reparto de tierras y la libertad de industria, entre otras cosas. Tuvo, como expresáramos, corta vigencia en 1812, la tuvo también entre 1820 y 1823 y en 1836. Pero su influencia en las constituciones de las nacientes repúblicas americanas, fue enorme.
Pero fundamentalmente la Pepa, fija un concepto de gran trascendencia para los americanos, al equiparar a los españoles nacidos en la Península, con los nativos de sus dominios. En el artículo 1° del Primer capítulo dice textualmente: La Nación española es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios. Y en el capítulo segundo artículo 5° define a los españoles: Todos los hombres libres nacidos y avecindados en los dominios de las Españas, y los hijos de éstos
El título IV, establece las facultades del Rey y se especifican sus limitaciones.
La visión peyorativa de la expresión es consecuencia, probablemente, del uso satírico dado por parte de los absolutistas antiliberales, de manera que su empleo posterior quedó como sinónimo de irresponsabilidad, despreocupación, improvisación, desorden o vagancia. Cómo decimos hoy, un «Viva la Pepa».
En el año 2012 con motivo del bicentenario de la Constitución que fijó algunas de las bases trascendentales de las Constituciones modernas y con sentido de homenaje, la Sociedad Interamericana de Prensa, realizó su Asamblea Anual en la ciudad de Cádiz. El diario La Nación en su principal Editorial del día 16 de Enero de ese año[i], apuntala la decisión de deliberar en Cádiz, como una forma de «asociarse al bicentenario del acontecimiento jurídico y político que legitimó en España no pocas de las ideas de la Ilustración y de las que asumieron jerarquía constitucional en 1787 en los Estados Unidos de América». y en otro párrafo expresa: «Llevar a Cádiz su asamblea anual es tanto una manifestación de agradecimiento histórico como de reafirmación de lazos con el país que es cuna de la lengua madre en la mayoría de nuestras naciones».
Efectivamente, es bueno reconocer y respetar nuestros orígenes y nuestra cultura representada por una misma lengua, una misma fe y una historia en gran parte compartida. Y por una herencia legal y jurídica que aún hoy, mantiene plena vigencia. «Viva la Pepa», en el original sentido de la expresión.