Sáb. Abr 20th, 2024

Continuamos con Latinoamérica. En Brasil, tras una reñida elección, asumió Inácio Lula Da Silva como presidente. El mandatario saliente, Jair Bolsonaro, no le hizo entrega de los atributos del mando y viajó a los EE. UU para no estar presente en la ceremonia de asunción. El nuevo presidente subió al Palacio del Planalto, sede del gobierno, acompañado de un cacique, una niña y una mujer negra, quien le entregó la faja presidencial ante la ausencia de Bolsonaro.

Lo penoso es que el domingo 8 de enero, centenares de partidarios de Jair Bolsonaro asaltaron las sedes de los 3 poderes del Estado, pidiendo una intervención militar para derrocar al nuevo presidente.  Los atacantes aseguran que hubo fraude en las últimas elecciones presidenciales, una acusación que no pueden probar.

Los fanáticos, luciendo camisetas amarillas y verdes y banderas de Brasil, superaron una barrera policial y subieron por la rampa que da acceso al techo de los edificios de la Cámara de los Diputados y del Senado. Algunos lograron ingresar a la sede legislativa.  Otros avanzaron hasta la Praça dos Três Poderes, donde se produjo un enfrentamiento con agentes de seguridad, y se dirigieron al Palacio de Planalto, y forzaron el acceso a una parte del complejo en una de cuyas ventanas colgaron una bandera brasileña. Los edificios fueron gravemente dañados y saqueados. También se denunció el robo de armas y municiones del Palacio de Planalto.

El Presidente Lula calificó de “barbarie” a los ataques y de “fascistas” a los atacantes, además señaló que hubo fallas en la seguridad. Luego decretó la intervención federal del Distrito Federal, jurisdicción en la que se encuentra Brasilia.  Destacó los vínculos de los atacantes con Bolsonaro y calificó al ex presidente como “genocida”.

A su vez, la Corte Suprema de Brasil suspendió al gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha (opositor al Partido de los Trabajadores de Lula), por 90 días. En su decisión, el ministro Alexandre de Moraes adujo negligencia y connivencia del gobierno de Rocha con la organización de los actos subversivos.

Bolsonaro desde los EEUU rechazó las acusaciones de Lula, dijo “Las manifestaciones pacíficas, en el marco de la ley, son parte de la democracia. Sin embargo, las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla”, aclaró el expresidente. En su cuenta en Twitter agregó: “A lo largo de mi mandato siempre he estado dentro de las 4 líneas de la Constitución, respetando y defendiendo las leyes, la democracia, la transparencia y nuestra sagrada libertad”.

Indudablemente que el apretado resultado de los comicios con el que Lula retorna a la presidencia de Brasil está generando una división profunda en la sociedad. Resulta muy penoso que sucedan estos episodios de violencia y que se intente quebrar el orden democrático. Es de esperar de que se trate de un hecho aislado, que no se repita y que no tenga versiones semejantes en otros países de la región. Para progresar Latinoamérica necesita de paz, orden y tranquilidad. Con gobiernos que velen por el bien común, que respeten los valores republicanos, sin fanatismos ni corrupción.