El exsenador y exgobernador de Tucumán fue acusado de abuso sexual contra una joven durante el 2017 y 2018. Había sido procesado en el marco de la investigación a principios de mayo
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La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°10 de la Capital Federal pidió la elevación a juicio oral de la causa en la que el exgobernador peronista de Tucumán, José Alperovich, está acusado por distintos hechos de abuso sexual contra una joven ocurridos en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia de Tucumán.
“Quedó comprobado cómo el imputado utilizando su fuerza física, ejerciendo abuso intimidatorio de poder y violencia de género, reducía bajo su dominio a la víctima, y la ponía como un mero objeto de satisfacción sexual, de cosificación, sometiéndola de forma violenta, ultrajante y degradante, haciéndolo por el transcurso de un poco más de tres meses”, precisó la fiscalía interinamente a cargo del fiscal Santiago Vismara, y la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM).
El dictamen de la fiscalía determinó que la víctima era sometida a un «estado de cautividad», condicionado por la subordinación económica, social, psicológica, legal y política, así como la fuerza física. Esa cautividad lleva a que la víctima esté en continuo contacto con el agresor y que este se convierta en la persona más poderosa dentro de su vida.
“Los métodos para obtener el control de la víctima consisten en infligir el trauma psicológico de forma sistemática y repetitiva. Son técnicas organizadas de debilitamiento y desconexión. Estos métodos están pensados para causar terror e indefensión y destruir el sentido del yo de la víctima en relación con los demás. El efecto de esta técnica es convencer a la víctima de que el abusador es omnipotente, que resistirse es inútil y que su vida depende de que se gane indulgencia a través de la sumisión absoluta”, precisaron.
Alperovich procesado
La investigación está a cargo del juez Osvaldo Rappa del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 35, quien había confirmado a principios de mayo el procesamiento del político por abuso sexual simple en tres oportunidades y abuso sexual agravado en seis oportunidades.
El juez Rappa entendió que todo esto le ocasionó a la víctima un sometimiento sexual ultrajante. Los delitos tienen penas de entre 6 y 15 años de prisión. Momentáneamente, Alperovich quedará en libertad provisional y le trabaron un embargo de 2.500.000 pesos.
El exfuncionario había prestado declaración por primera vez a fines de abril de este año y había negado todas las acusaciones en su contra. El exfuncionario cumplió con la declaración indagatoria a través de la plataforma Zoom, aunque se negó a responder todas las preguntas.
La acusación contra Alperovich
La denuncia contra el exgobernador tucumano fue presentada en 2019 por su sobrina segunda y ex colaboradora. «Mi tío segundo y jefe, por quien fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019», relató la joven en una carta pública y contó: «Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras».
Según la denunciante, «él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él».
Violencia sexual, acoso y hostigamiento
Los fiscales sostuvieron que tanto el informe pericial psicológico como las constancias médicas, las declaraciones de los testigos y las constancias de las conversaciones entre Alperovich y la víctima fortalecieron el relato realizado por la denunciante.
En esa línea, manifestaron: “No estamos en presencia de un único y aislado testimonio, sino que existen numerosas pruebas que han podido recabarse y que permiten afirmar, con la certeza requerida en esta etapa, que los hechos denunciados ocurrieron del modo que hemos expuesto, y que su autor ha sido el aquí imputado José Jorge Alperovich”.
Sostuvieron entonces que los sucesos investigados constituyen distintos tipos de violencia contra una mujer, tales como la violencia sexual, psicológica y simbólica, ejecutadas bajo la modalidad de violencia laboral y profundizada por el lazo familiar que atravesaba esa relación.
“Las mujeres, por el hecho de ser mujeres, padecen de forma desproporcionada la violencia en el ámbito intrafamiliar, y la padecen con características distintivas, dado que en ese espacio las relaciones entre mujeres y varones atravesadas por el género adquieren mayor intensidad”, explicaron.
“El hostigamiento laboral y el acoso sexual en el trabajo son expresiones de la violencia de género muy extendidas en los espacios de trabajo. Una situación se constituye en violenta cuando se transforma en un fenómeno que se repite. Este tipo de situaciones se amplifican de manera progresiva a menos que una persona exterior intervenga enérgicamente. La gravedad de las consecuencias para la salud es proporcional a la intensidad y duración de la violencia”, evidenciaron.
Por estos motivos, señalaron que los hechos que le imputaron a Alperovich se enmarcan en un contexto de “violencia sexual, intrafamiliar y de acoso laboral por razones de género”.