Mié. May 1st, 2024

Parecen no darse cuenta de que marchan de contramano, no solo de la mayoría, sino también de la lógica y de los valores morales.

La ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad Elizabeth Gómez Alcorta criticó la nueva sentencia a Milagro Sala e insistió en que “es una presa política”.  Bien saben los jujeños, que están más cerca de ella, que la dirigente social condenada por la justicia actuó criminalmente en diferentes ocasiones. En su momento, ni el propio gobernador de la provincia podía contenerla. De hecho, se constituyó en otro poder compitiendo con el poder legítimo.

Los argentinos pudimos ver a través de nuestras pantallas televisivas a Jorge Lanata desenmascarar en 2012 a los seguidores de la Sala, que de hecho conformaban un ejército de matones. Estos delincuentes comandados por la dirigente golpearon a integrantes del programa Periodismo para Todos que filmaban en uno de los barrios, construido con fondos nacionales. Y les sustrajeron parte del material.

Milagro Sala intentó despegarse del asunto, “Puede ser gente que no sea parte de la Tupac, a lo mejor pueden ser sectores políticos de Jujuy”, afirmaba con fingida inocencia en Radio Mitre “La Tupac tiene 70.000 afiliados, no puedo estar atrás de todos. Cualquiera que se mande una gansada, ya la culpa es de la Milagro Sala”, agregaba. Con 70.000 afiliados la dirigente interpretaba que ella era el poder en Jujuy y estaba al margen de las leyes. La ministra Gómez Alcorta está muy confundida.

El presidente Alberto Fernández fue a Salta a conmemorar los 200 años del fallecimiento de Martín Miguel de Güemes, la máxima figura histórica para los salteños.  Pero el kirchnerismo transformó el acto patriótico en un acto político, generando unánime rechazo de la sociedad salteña y de los gauchos, que siempre fueron los principales protagonistas de los festejos. Militantes kirchneristas irrumpieron portando bombos y banderas del Movimiento Evita, de Barrios de Pie y de la Corriente Clasista Combativa (CCC). Les permitieron pasar a un lugar privilegiado que a las agrupaciones gauchas les había sido vedado. Los pocos gauchos que pudieron participar de la celebración formando la tradicional Guardia, entonaron el Himno Nacional, el Himno a Güemes y, ataviados con sus ponchos, se retiraron en señal de protesta.

Uno de los gauchos, Francisco Aráoz, de la Asociación Tradicionalista Salta Gauchos de Güemes, quien tenía a su cargo la coordinación de la guardia gaucha se plantó frente a Alberto y sacándose el sombrero le dijo “Señor presidente, soy Francisco Aráoz, presidente de Gauchos de Güemes. Usted vino a nuestra casa y nos está faltando el respeto, nos están atropellando. Esto es un circo, nosotros no podemos permanecer aquí, nos vamos a retirar». Esto fue lo que relató Aráoz en diálogo con Telefe Salta.

Otro asunto que mereció el repudio de la sociedad es la actuación de nuestro país en la OEA al abstenerse de votar en contra del régimen de Ortega, de Nicaragua, que está encarcelando a los candidatos presidenciales que se le oponen. La resolución avalada por 26 países miembros -entre ellos Estados Unidos, Brasil y Colombia- exige además “la inmediata liberación de los precandidatos presidenciales y de todos los presos políticos” Una vez más, el gobierno kirchnerista discrimina las violaciones a los DDHH, según el color del régimen que las provoca.