Sáb. Sep 14th, 2024

Honda preocupación y unánime rechazo, generó el anuncio de la creación de una comisión bicameral que analice o controle a los jueces. Y no es para menos, pretendemos continuar viviendo en una república, que no lograrán destruir o transformar, y uno de los principios liminares del sistema republicano de gobierno es la división e independencia de los poderes del Estado. Una comisión del Congreso de las características que propone Alberto, sería una inconstitucional injerencia de un poder sobre otro. Significaría acabar con la república.

Sobre los ataques a la justicia hemos hablado reiteradamente. En la idea de lograr la impunidad de la Vice Presidenta, en las numerosas causas donde está procesada, el gobierno de Alberto Fernández ha avanzado sobre la justicia, de manera nunca vista antes en la democracia argentina.

El 6 de Octubre advertíamos: “La independencia de la justicia es uno de los pilares en que se sostiene el sistema y en la búsqueda de asegurar la impunidad de Cristina, intentan despedazar todo el andamiaje institucional del país.” Y agregábamos “El gobierno parece no advertir que la ciudadanía en su conjunto se ha movilizado y exige apuntalar a la República”, de todas formas, podría dar un salto al vacío y eso es de temer.

En diciembre comentábamos que en una segunda carta abierta, la Vicepresidenta adelantó la idea de modificar la Carta Magna, al sostener en un tramo de su epístola, que a los jueces de la Corte no los elige nadie, agregando: “Tienen, además, en sus manos el ejercicio de la arbitrariedad a gusto y “piacere”, sin dar explicaciones a nadie ni estar sometidos a control alguno” Los jueces de la Corte Suprema son propuestos por el Poder Ejecutivo y sus pliegos aprobados por el Senado de la Nación. Es simple advertir que Cristina utiliza una falacia argumentativa para poner en marcha el “vamos por todo” y busca doblegar a la justicia, el tercer poder, cuando ya maneja a su antojo a los otros dos poderes del Estado.

Al decir de Mempo Giardinelli, un personaje que alumbra los decires de la Vicepresidenta y es bien escuchado por ella, el poder judicial debe desaparecer para transformarse en un servicio, que sirva a los otros dos poderes. Y además propone, una nueva Ley Suprema, no una simple reforma constitucional. Entrevistado por el Canal C5N, aclaró que la propuesta del grupo de intelectuales K al que pertenece no apunta a reformar la Constitución, sino crear «una nueva, de origen popularque surja de un referéndum donde el pueblo argentino se manifieste, se constituya en poder constituyente y elabore un nuevo pacto social».[i]

No sabemos que piensa el Presidente sobre este tema, ¿querrá el también una nueva Constitución? ¿Su ira contra el Poder Judicial, manifestado claramente en su discurso ante la Asamblea Legislativa y su propuesta de la Comisión Bicameral, son mensajes en ese mismo sentido?  Difícil es saberlo, como es imposible entender a un  presidente que se contradice continuamente, pero la sociedad argentina tiene que estar muy atenta. Nuestra Ley Suprema es un ancla que nos mantiene aferrados al sistema republicano de gobierno. No dejemos que nos la roben impunemente.