Tengo el agrado de enviarle «Reflexiones sobre la Actualidad» de Rafael Bulacio
lunes, 22 de febrero de 2021El vacunatorio VIP del Ministro
Hoy tengo una buena y una mala noticia para analizar. No les preguntaré a cual nos referimos primero, porque no pueden responder. Comenzaremos por la buena. Desde el jueves 18, se comenzó a vacunar en Tucumán a los mayores de 70 años. El procedimiento para solicitar turno es muy simple, se ingresa en el sitio vacunartuc.gob.ar y con el numero de DNI, se solicita turno, cada día se vacunarán a 500 personas en la capital, mientras haya vacunas.
El redactor de esta nota fue al centro de vacunación el día asignado, en Avda. Brígido Terán 390, donde funciona la Dirección de Emergencias Sanitarias. Bien vale destacar, el orden y la organización, además de la corrección y la amabilidad del personal que atendía. Yendo en un horario pico, nos tocó esperar en la cola de vehículos, pero la espera no fue tan larga porque había 10 boxes de vacunación. Junto a mi esposa nos vacunaron dentro del mismo auto, nos repartieron paracetamol, un instructivo por los posibles efectos de la vacuna y unos carnets, con la fecha de la segunda dosis, el nombre de la vacuna, el lote, y la firma de la licenciada en enfermería que nos la colocó. Desconocemos si en Tucumán, se colocaron vacunas por fuera del protocolo a gente del poder, no se comentó nada. Creo que en esta ocasión el gobierno provincial se anotó una valiosa aprobación.
Lo de Tucumán contrasta con lo que ocurrió en la Nación, donde, bajo el patrocinio del Ministro de Salud, Ginés González García, se había instalado un vacunatorio VIP para políticos, sindicalistas y otros amigos del poder, en el mismo Ministerio. En este lugar se vacunaron personajes como el diputado Eduardo Valdez y el Senador Jorge Taiana, muy cercanos al presidente, el camionero Hugo Moyano, con su esposa y un hijo menor entre otros. El asunto salió a luz cuando el periodista y activista Horacio Verbistky relató por una radio que había sido vacunado por una gentileza del propio ministro. Sin duda, que en un país con más de 50.000 muertos por Covid y resultando muy escasas las vacunas existentes, que el ministro haya habilitado un centro de vacunación exclusivo para vacunar por fuera del sistema de turnos, a políticos, funcionarios, sindicalistas y empresarios amigos, que no son personas de riesgo, es absolutamente inadmisible. Están sustrayendo las escasas vacunas a personas que efectivamente las necesitan, eventualmente condenándolas a muerte.
El país cuenta actualmente con solo 2 millones de vacunas, que representa el 15 % de las vacunas que se requieren para vacunar al personal sanitario y a los mayores de 60 años. El total de esa población que incluye a maestros y fuerzas de seguridad es de 13 millones.
Se equivoca Verbistky cuando piensa que se trata solamente de un privilegio, o de un acomodo basado en su amistad con el ministro. Es un problema moral muy profundo.
Los argentinos estamos acostumbrados a solicitar la asistencia de un conocido para que nos “ayude” en algún trámite en lugar de seguir las vías ordinarias, que es lo correcto. Con sentido semejante, tratamos de colarnos en una fila, para adquirir un producto, para subirnos a un avión o ante un cajero de un banco. Es la cultura del amiguismo, del ventajismo y del acomodo. Pero lo ocurrido con el vacunatorio VIP, montado en el Ministerio, excede largamente a estas acciones que solemos calificar de avivadas. Está en juego la vida de los que necesitan la vacuna, ya sea por la edad o por enfermedades preexistentes y son personas de riesgo. Que un Hugo Moyano, o un hijo menor del camionero de 20 años, se la sustraiga, es un acto de enorme inequidad, de absoluta falta de moral. Y debería ser calificado de delito. Ginés González García tiene que dar cuenta ante la justicia, ya será juzgado oportunamente por el Altísimo. Y resulta muy extraño que la numero 2 del ministerio, devenida hoy en titular de la cartera, no haya estado al tanto de lo que sucedía bajos sus pies.
Los políticos argentinos se consideran una casta privilegiada, que está por encima de la gente común. Ni interpretan que el cargo público es una carga pública, sino lo contrario, una prerrogativa a la que hay que sacarle provecho, y es así que en diferentes lugares del país también se han registrado casos de vacunados al margen de los protocolos establecidos. Gobernadores, intendentes, concejales, diputados, funcionarios y allegados a estos, se vacunaron sin corresponderles. Y no son pocos, son miles.
Sabemos del fabuloso saqueo que el kirchnerismo produjo en las arcas del Estado, se agrega ahora la sustracción de las tan anheladas vacunas. Los que aún votan acompañando las mentiras del kirchnerismo deberían tomar debida nota de este penoso suceso. Y aprender a votar contra la corrupción, porque la corrupción mata.