Vie. Abr 19th, 2024

En una jornada de relativa tranquilidad pero con constantes filas muy largas en la mayoría del país, el candidato presidencial del correísmo, el joven economista Andrés Arauz, ganó con mucha holgura en los comicios generales de Ecuador, según los sondeos de boca de urna, aunque por ahora no consiguió evitar un balotaje.

Solo habían pasado algunos minutos del cierre de la votación, cuando Arauz afirmó que su «triunfo fue contundente» y, aunque los sondeos de boca de urna pronosticaron un balotaje, dejó abierta la puerta a poder festejar un triunfo en primera vuelta esta noche.

«Tenemos confianza de que el margen del triunfo será mayor cuando se sepan los resultados oficiales.(…) La amplitud de la victoria es tal que nos permite encarar el futuro con absoluta garantía de lo que tenemos por delante», celebró el economista de 35 años y delfín del expresidente Rafael Correa en un discurso en su bunker de campaña en Quito.

Los primeros sondeos de boca de urna dieron ganador al economista Arauz con entre casi 35% y 36,2% frente a Lasso, quien obtendría entre cerca de 21% y 21,7%, según las encuestadoras locales Cedatos y Clima Social.

Luego el conteo rápido oficial dio ganador al candidato presidencial correísta, Andrés Arauz, con el 31,5% de los votos, un resultado que de confirmarse en el escrutinio definitivo forzará un balotaje el próximo 11 de abril.

Según el conteo provisional del Consejo Nacional Electoral, la gran incógnita es contra quién competirá Arauz la segunda vuelta: el candidato del partido indígena Pachakutik, Yaku Pérez, obtendría 20,04%, mientras el candidato de unidad de la derecha, el empresario Guillermo Lasso, quedó al borde del 20%.

De confirmarse estos datos publicados por los canales de televisión Telesur y Ecuavisa, ninguno de los dos candidatos obtendría la mayoría absoluta de votos válidos ni el 40% de los sufragios, con una diferencia de 10% sobre la segunda fuerza, necesarios para alzarse con el triunfo en primera vuelta.

En medio de la alegría por los primeros resultados no oficiales, desde la campaña de Arauz no abandonaban la esperanza de ganar en una primera vuelta, mientras algunas personas dentro de algunos centros todavía esperan para sufragar.

«Creemos que hay que esperar los resultado oficiales. Los sondeos de boca de urna a menudo se quedan cortos por el voto oculto», explicó a Télam el excanciller de Correa y actual asesor de campaña, Guillaume Long, en referencia a la intención de voto que no suele aparecer en las encuestas.

El mismo optimismo expresó Correa desde Bélgica, donde está instalado desde que terminó su mandato en 2017 y desde donde siguió toda la campaña tras una confirmación en tiempo récord de una condena por corrupción.

“¡Gracias Ecuador querido! La Revolución Ciudadana ha ganado en forma abrumadora, pese a la campaña sucia y a 4 años de brutal persecución e infamias. Ahora, a esperar el conteo oficial. Ojalá se pueda vencer en una sola vuelta, por el bien del país. ¡Hasta la victoria siempre!”, tuiteó.

La campaña de Lasso, en cambio, se mantuvo en silencio y no reaccionó tras la publicación de los sondeos de boca de urna.

La jornada electoral comenzó a las 7 (9 hora de argentina) y las largas extensas filas fuera de los centros de votación echaron por tierra el clima de apatía y desinterés proyectado días anteriores por distintos especialistas, a tal punto que media hora antes del cierre, ya había sufragado el 76% del electorado a escala nacional, según el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Las últimas dos elecciones presidenciales tuvieron una participación mayor al 80%, lo que demuestra que la movilización este domingo, en medio de la segunda ola de la pandemia de coronavirus, fue más alta que la prevista.

Además de presidente, hoy los ecuatorianos eligieron a 137 miembros de la Asamblea Legislativa y cinco representantes del Parlamento Andino en los 4.276 recintos habilitados en el país y otros 101 dispuestos en el exterior.

Durante las primeras horas de votación, observadores internacionales registraron demoras en las aperturas de algunos centros de votación y el correísmo denunció que las autoridades electorales no permitían el ingreso de sus fiscales en algunos distritos.