Mar. Abr 23rd, 2024

Alfredo Cahe fue médico de cabecera de Diego Armando Maradona durante más de treinta años. Esta semana declaró ante el equipo de fiscales de San Isidro que investigan la muerte del astro, la cuál consideró que “era totalmente evitable”, además de considerar que un paciente como Maradona necesitaba “un control médico clínico permanente”.

Su declaración complicó la situación de los dos médicos imputados e investigados por posible mala praxis, el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov.

Para dar más detalles, Cahe fue entrevistado por el equipo de América Noticias y dejó algunas definiciones que dieron cuenta no sólo de cómo procedía el entorno que Maradona tuvo en el último tiempo, sino también cómo ocurrieron algunas situaciones en el pasado.

“Me cuesta hablar mal de Luque. Pero las cosas fueron tan groseras que no cabe otra explicación: el hecho de medicar, un desastre. El hecho de operar, un desastre. No lo hizo él. Además, Diego no siguió el tratamiento. Y no estaba para darle el alta hacia la casa donde sucedió el deceso. Pero hizo desastres”, comenzó opinando Cahe.

Respecto al historial del corazón del ídolo, Cahe dijo que “es la primera vez que escucho que estaba sin medicación cardiológica. Siempre fue lo primero que se le estudió. Desde Uruguay, cuando tuvo una insuficiencia cardíaca grave. Lo tuvimos veintipico de días en terapia intensiva cardiológica. Cuando lo llevamos a Cuba, lo primero que se pensó fue revisar lo cardiológico”.

Acerca de si había que operar a Maradona del hematoma subdural, dijo: “Es difícil. Yo hubiese aceptado la opinión de otro colega de mayor experiencia. El hematoma puede ser quirúrgico o no quirúrgico”. Una de las dudas que surgieron después de la muerte de Maradona, fue saber por qué Cahe no estuvo cerca suyo en el último tiempo. “No me permitieron verlo. Yo no lo conocía a Luque… Me eludió tantas veces que me pareció ilógico insistir. Directamente se lo comenté a clínicos que estaban ahí y me fui a mi casa. No me sentí maltratado, sentí que no me podían mentir así. Era el cuento de nunca acabar, se manejaron con colegas que yo no conocía”, completó.

Una de las preguntas del panel de América Noticias, fue en relación al deterioro en la salud de Diego, que eran notorios ante cada aparición pública. Cahe afirmó: “Diego siempre tuvo trastornos neurológicos, al principio incipientes: del habla, en las rodillas… le echaba la culpa a las rodillas y él nunca se las quiso operar. Tenía el presentimiento de que iba a quedar mal. Y efectivamente, en parte por las rodillas y por lo neurológico, no quedó bien”.

“En Cuba empezó a tener trastornos del habla. Cuando lo empezamos a chequear, nosotros pensábamos que esos trastornos del habla podían ser ciertos principios de alzheimer y que eso iba a ser agravado por medicaciones inadecuadas. Y además de medicaciones inadecuadas, iba a ser agravado por alcohol y mediaciones psiquiátricas. Justo lo que le dieron”, disparó.

Uno de los detalles más jugosos que dejó la conversación, también tienen que ver con Cuba. Luego de haberse internado en una clínica psiquiátrica de Ituzaingó, en mayo de 2004, según Cahe, tanto Dalma, Giannina, como Claudia Villafañe lo querían declarar insano. “Yo me lo quería llevar a Cuba, entonces se armó un juicio en el cual yo me opuse a la curatela que querían hacer las hijas de Maradona. Yo se lo conté a Diego y él me dijo ‘Imponete’. En aquel entonces, las hijas y Claudia no querían que viajara a Cuba, escondieron su pasaporte. Finalmente, pudimos salir de la clínica a través de amigos que trabajaban ahí, y cuando llegamos a Cuba, se logró un acercamiento de la familia, que era su primer entorno”.

En tanto, Cahe elogió la gestión de Guillermo Cóppola como manager y amigo del mejor jugador de todos los tiempos. “Si Diego duró mucho tiempo, fue por Guillermo: manejó situaciones, manejó bien el entorno. Los días en Cuba fueron una maravilla. Hay cosas que no se pueden decir, no puedo referirme a las relaciones que Diego tenía. Además, Diego hacía y deshacía a su manera, pero no era tan bruto como la gente cree, tenía su inteligencia y su intuición”. Sin embargo, dejó claro que “a veces, Diego era inmanejable”.

Respecto a si era adecuado el lugar de internación de Maradona, Cahe fue tajante: “No, ni se habla de eso. No lo hubiese internado ni en la clínica ni en la casa esa. Cada especialidad tiene su lugar. Diego estuvo tratado en una clínica psiquiátrica en la que estuvo bien tratado y salió bien, con un psicoterapeuta. Y después, la historia de siempre”.

¿Qué había que hacer con Maradona en esa situación? Cahe respondió: “Lo que correspondía hacer era intentar lo imposible para que arrancara un tratamiento. La palabra: un poco de Guillermo Coppola, un poco yo y un poco otros amigos que no los quiero nombrar para no comprometerlos, pero había que hablarle. Había maneras de entrarle. Creo que no lo atendieron como debía ser atendido adecuadamente. Si vos lo hubieras visto a Diego caminando por la calle, o lo hubieses visto fumando lo que fumaba, evidentemente nos dábamos cuenta de que no estaba bien. Pero, ¿qué hacemos? ¿Lo dejamos al libre albedrío para que pase lo que pase? Y eso paso, lo dejaron”.

Sobre cuál fue su reacción ante la noticia de la muerte de su ex paciente, Cahe dijo: “Diego llegó mal y se esforzó en todo, en salir a la cancha, saludar a la gente, sentarse en el sillón… Lo primero que me surgió es… ‘Bueno, yo creo que este chico va a estar en paz’. Ojalá pueda estar en paz. Nunca, desde que yo lo conocí, nunca estuvo en paz. Nunca, en absoluto. Ni con las parejas que tuvo, ni con sus hijas: nunca estuvo en paz. Y después, cuando empecé a ver por televisión todas las salidas y entradas, y esto y lo otro… Bueno, realmente me angustie enormemente. No se merecía un final así”.