Los 133.045 nuevos casos reportados en las últimas 24 horas -el decimotercer día consecutivo en el que registraron más de 100.000 nuevas infecciones- elevaron el total a por lo menos 11.038.312 en tanto se registraron otras 616 muertes.
El país contabilizó un millón de contagios en menos de una semana en sus 50 estados, el Distrito de Columbia y sus territorios no incorporados.
De cara al invierno, Estados Unidos atraviesa un tercer pico de infecciones que según expertos será peor que los dos anteriores del verano y la primavera pasadas.
Muchos hospitales advirtieron que se están quedando sin recursos, por lo que las autoridades locales y estatales se vieron obligadas a adoptar medidas más drásticas.
Las medidas varían fuertemente de lugar en lugar, y en el caso de Nuevo México incluye el confinamiento total de la población mientras el uso de barbijo es ya obligatorio en la mayoría de los 50 estados, incluso en Dakota del Norte, gobernado por los republicanos, aunque aún 19 de ellos siguen sin exigirlo, según la agencia de noticias AFP.
En Washington, donde los casos se duplicaron en las últimas dos semanas, el gobernador demócrata Jay Inslee prohibió hasta el 14 de diciembre todas las reuniones en interiores con personas fuera del grupo familiar, uno de los mayores factores de contagio, así como comer dentro de bares y restaurantes y restringió a 25% la capacidad en sitios de culto, supermercados y otras tiendas.
El estado de Michigan anunció hasta el 9 de diciembre el cierre de escuelas secundarias y universidades que deben ahora ofrecer el 100% de sus cursos virtuales, también cines y casinos o actividades recreativas interiores como el bowling, cenas dentro de bares y restaurantes.
En California, el gobernador demócrata Gavin Newsom dividió sus 58 condados en tres niveles de riesgo, y 12 de ellos están en alerta máxima, lo cual implica escuelas cerradas y comidas en bares y restaurantes solo en el exterior.