Sáb. Jul 6th, 2024

El Parkinson es una enfermedad caracterizada por manifestaciones que afectan principalmente el movimiento del cuerpo, entre otras funciones neurológicas. Aunque existen tratamientos para intentar controlar el temblor, la rigidez y lentitud que éste provoca, no logran brindar un equilibrio ni mejorar el transcurso de la enfermedad. Incluso, logran empeorar el cuadro.

 

Pasos cortos y pocos amplios, balanceo muy corto de brazos (generalmente uno con más movimiento que otro), flexión del tronco, una marcha al caminar mucho más lenta que del resto de las personas, son los signos que detectan la aparición de la enfermedad y que deben ser tomados en cuenta de inmediato ya que ésto expone a la persona a mayo riesgo de caídas e incluso, fracturas severas.

Tratamientos no medicinales recomendados:

Especialistas, coinciden que el entramiento físico es la mejor respuesta para tratar el Parkinson.
Los ejercicios aeróbicos ayudan a mejorar el desempeño motriz, balance y marcha de los pacientes. Además, mejoran la fatiga, estreñimiento producido por la enfermedad y principalmente los aspectos emocionales, brindándoles motivación y socialización.

Algunos estudios también han comparado la terapia física en diversas modalidades. Por ejemplo, se realizó un estudio en el que comparó un programa de tango-terapia en comparación con terapia física autodirigida y encontró que los efectos positivos sobre aspectos motores y no motores fue superior en el grupo de pacientes que participaron del programa de baile en comparación con el ejercicio auto-dirigido.

Tango y zamba: la mejor respuesta

Entre los programas de baile que han sido evaluados se incluye el tango y la zamba. Un análisis, evaluó el tango argentino como intervención para el mejoramiento del funcionamiento físico y la calidad de vida en los pacientes con enfermedad de Parkinson. En este estudio los autores encontraron resultados significativos en la movilidad y en la marcha de los pacientes y además revelaron tendencias de efectos positivos sobre la fatiga, participación en la actividad y la calidad de vida asociada al Parkinson.

Aunque el tango y la zamba sean los dos tipos de baile más estudiados, es posible que otras modalidades de baile también puedan producir beneficios similares. La mayor parte de los tipos de baile implican control motor, trabajan el equilibrio y las posturas, así como la velocidad y cadencia de los movimientos, todos aspectos muy importantes a mejorar en los pacientes con la enfermedad de Parkinson.