En ocasión de analizar la Cumbre de jefes de Estado entre la Unión Europea y la CELAC, el miércoles último, afirmamos que Argentina logró un significativo éxito diplomático ya que en una declaración conjunta, la UE reconoció oficialmente la posición argentina y latinoamericana con respecto a la “cuestión de las Islas Malvinas”. Y decíamos también que una fuente diplomática argentina interpreta que “Con esta declaración, Europa ha dejado de considerar a Malvinas un ‘territorio de ultramar’, para verlo como un espacio en disputa, aun cuando el texto no lo mencione específicamente”.[i]
Debemos disculparnos ante nuestros lectores por hacernos eco del triunfalismo de nuestra cancillería. En un artículo publicado en el diario Clarín, Roberto García Moritán, padre, afirma que “la Declaración de la III Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) y la Unión Europea (UE) contiene una mención poco satisfactoria e insuficiente sobre las Islas Malvinas. El párrafo 13 no puede ser menos comprometido”.

Garcia Moritán es un diplomático que trabajó con gobiernos de diferentes signos políticos desde Fernando de la Rúa a Néstor Kirchner y que integra actualmente el Consejo Consultivo del CARI, Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales.
Además señala “Que el Gobierno considere esa Declaración como una victoria histórica solo refleja el grado de deterioro de la política exterior argentina. También el párrafo 13 es polémico al abandonar fórmulas multilaterales tradicionales en torno a las Islas Malvinas, Sándwich del Sur y Georgia del Sur”
El punto 13 habla por primera vez de “Falklands / Islas Malvinas”. Es decir, al hablar de “Malvinas” usa el nombre por el que Argentina y sus aliados llaman al archipiélago. Indirectamente, eso es un reconocimiento de que existe una disputa interpretan los británicos.

“El diplomático también dice que tras el Brexit (salida de Gran Bretaña de la Unión Europea), hubiese sido esperable una diplomacia activa de Argentina en Bruselas y en todas las capitales europeas para lograr una posición de mayor respaldo frente a la cuestión colonial. Sin embargo, no ha sido así.”
Y continúa el diplomático “Mientras Argentina mantuvo una diplomacia dispersa, Malvinas obtuvo un trato progresivo de excepción desde la desconexión británica a la Unión Europea. Hace un año, la UE decidió no aplicar los aranceles de la Organización Mundial de Comercio (6%) al calamar procedente de Malvinas. Un privilegio tarifario, propiciado por España y Francia, como si Malvinas fuera un territorio de ultramar de la UE».
Solicito indulgencia al oyente o lector, por reproducir gran parte del artículo de García Moritán, pero considero de gran valor lo expresado por su autor, un verdadero experto en RRII. Al mismo tiempo, muestra claramente la incapacidad técnica de un canciller improvisado que sin duda no está preparado para ocupar una posición que requiere capacidad, talento y experiencia en una materia muy compleja. Para concluir, coincidimos con García Moritán en que “Es hora de que la política enunciativa respecto de Malvinas se reconvierta en una de acción diplomática bilateral y multilateral más efectiva y mejor concentrada”
