Mié. Oct 29th, 2025

Rosario es una ciudad sin ley. Ayer, apenas concluido el sepultamiento de Máximo Jerez, el niño de 11 años que murió tras recibir el impacto de una bala en el pecho cuando jugaba en la calle con sus amigos, su padre y otros familiares fueron a buscar a un hombre al que señalan como el narco responsable del ataque.

Las intenciones de los familiares era lincharlo. Aunque el individuo intentó resistir, luego, al verse cercado, huyó por los techos. Posteriormente fue atrapado por la Policía, que llegó después de que el ataque de los vecinos se transmitiera en vivo por TV. Las imágenes eran impactantes, con masas y otras herramientas los allegados a la familia del niño asesinado, destruían las paredes, mientras algunos otros saqueaban los muebles y electrodomésticos de la casa. La gente denunciaba que el presunto asesino trabaja para el “Salteño”, un narco actualmente detenido, pero que sigue desde la cárcel, operando puestos de venta de droga en la zona.

Lo peor que le puede pasar a una sociedad, es que sus ciudadanos tomen la justicia por manos propias. El caos impera y es fácil confundir inocentes por culpables o viceversa. Esto se da cuando la policía, jueces, fiscales y autoridades, se muestran incapacitados para imponer la ley. Y esto, visiblemente, está sucediendo en Rosario. Además, podría generar una cadena de hechos similares que transformarían a Rosario en un Far West. Sería la ley del revolver. Esto hay que detenerlo con urgencia.

Rosario lleva muchos años luchando contra el narcotráfico, y a veces pareciera que se está perdiendo la batalla. Por eso resultaron muy penosas y muy difíciles de digerir las palabras del ministro de seguridad de la Nación Aníbal Fernández cuando declaró que “los narcos habían ganado”, frase que nunca debió pronunciar, aun cuando la piense.  Si los narcos ganan la batalla en la principal metrópoli santafesina y tercera ciudad del país, se estaría justificando la justicia por manos propias, como un mecanismo de autodefensa. Es por ello que debe intensificarse la lucha contra el narcotráfico, con todos los medios que dispone el Estado.  

Debemos velar por el imperio de la Ley y por el orden, nunca aceptar el caos. En la bandera de Brasil está escrito el lema “Orden y Progreso”. Término inspirado en una frase de Augusto Comte, referente de la ideología y filosofía del positivismo, “El amor por principio, el orden por base, el progreso por fin” Orden y progreso para Argentina.