Volvemos a nuestro país, donde la temperatura política se mantiene en niveles muy altos y en aumento.
En un contexto de duros enfrentamientos internos entre el gobierno encabezado por Alberto y la Cámpora, se están dando situaciones muy extrañas, como que el ministro del Interior Wado De Pedro no se habla con el Presidente después de quejarse por no haber sido incluido en la reunión del presidente Lula, con organizaciones de derechos humanos. Algunos medios de prensa señalaron que De Pedro acusó en off al presidente, de no tener códigos. Lo cierto es que, desde entonces, el ministro y el presidente no se dirigen la palabra. Un hecho insólito y absolutamente inédito, que marca con claridad la ausencia de liderazgo de Alberto y la ingobernabilidad de su administración.
Y como si este enfrentamiento fuera poco, Andrés “Cuervo” Larroque referente principal de la Cámpora en relación con el reordenamiento interno del oficialismo y a las dificultades para funcionar de modo coordinado, también fustigó a Alberto. Dijo “Nosotros no podemos condenar la unidad por los equívocos que ha tenido el Presidente. Creo que hay que seguir apostando a la unidad. Me parece que no hay que confundir esta situación, que uno podría calificar de cierta ingratitud y poca inteligencia también, porque a Alberto se le dio una oportunidad muy grande y confundió cómo debía ser su vínculo con Cristina y su rol”. Además, acusó al presidente de minimizar, junto a los medios de comunicación social y la oposición, el intento de magnicidio que sufrió Cristina en 2022.

Alberto está convencido de que debe buscar su reelección a pesar de que su gobierno solo tiene un 15 % de imagen positiva y sin declararlo se lo advierte en campaña. Otro que parece animarse a competir por la primera candidatura es el ministro Sergio Massa, quien depende de su gestión en economía. Si llegara a bajar la inflación a un 3 % mensual como lo viene planteando, el ministro se torna muy competitivo. Cediendo a presiones Alberto ya anunció que convocará a una mesa para diseñar las «reglas electorales» del Frente de Todos. El encuentro se llevará a cabo el próximo jueves 16, pero hay un problema, la Cámpora y el cristinismo quieren incorporar la gestión de gobierno a la mesa de discusión, lo que es rechazado de plano por el albertismo.
También en enero el Papa Francisco se mostró preocupado por la pobreza y la inflación en Argentina. En una extensa entrevista con la agencia de noticias Associated Press, Francisco dijo “Argentina en este momento, y no hago política, leo los datos, tiene un nivel de inflación impresionante” Francisco se estaba refiriendo a la inflación que cerró en el 2022, con el 94,8%.
Además, dijo: “En el año 55, cuando terminé mi escuela secundaria, el nivel de pobreza era del 5%, hoy la pobreza está en el 52%. ¿Qué pasó? Mala administración, malas políticas”, pregunta el Papa. El Gobierno acusó recibo de la crítica papal y salió a responderle a través de la vocera presidencial Gabriela Cerruti, quien dijo que la crítica situación de pobreza e inflación «se debe a los cuatro años que gobernó Macri». Siempre el culpable es Macri, cuando éste gobernó solo cuatro de los últimos veinte donde el kirchnerismo fue gobierno en 16.
El presidente vino a Tucumán de la mano del Jefe de Gabinete, Juan Manzur, quien dejará esas funciones y regresará a la gobernación de nuestra provincia en los próximos días. Bien sabemos que el presidente vive en una burbuja y que no entiende las necesidades reales de la gente. Con la mitad del país sumido en la pobreza, con una inflación del 100 % anual, con mucho temor por la inseguridad, con actividades económicas en caída o estancadas, nada bueno puede anunciar. Su discurso suena a hueco, por mucho énfasis que ponga. Claro está que su mayor logro es poner a la Corte en un brete, de lo que no habla. No podrán destituirla, porque bien sabe que los votos en diputados no le alcanzan, pero bien vale el circo “pour la galerie”, aunque el circo no le alcance a Cristina para obtener su impunidad. Pero el daño institucional que afecta a todos los órdenes está hecho, Argentina está al borde de caerse del escenario mundial.