Sáb. Abr 20th, 2024

En la Legislatura de Tucumán se llevó a cabo el lanzamiento de la VI Edición de la Semana de los Derechos del Niño Por Nacer, iniciativa que lleva adelante el legislador Raúl Albarracín, junto con el Observatorio de la Vida Tucumán, el Centro de Bioética Tucumán y Acunando Esperanza. Del encuentro participó la legisladora Nadima Pecci y el padre Marcelo Barrionuevo; además referentes de distintas organizaciones que trabajan para la promoción de la dignidad humana: AME, Ayuda de la Mujer Embarazada, Ceplanafa, Centro de Planificación; Abogados por la Vida, Médicos por la Vida, Contadores por la Vida, entre otros.

Según los datos que dieron a conocer, Tucumán es la tercera provincia con más abortos en el país desde su legalización. En este sentido, Albarracín dijo que “los resultados nos muestran que las cifras son alarmantes y confirman lo que veníamos sosteniendo que legalizar el aborto es hipotecar el futuro y genera un fracaso social. Según el informe casi 60.000 abortos se produjeron en un año, sin contar con los datos de Santa Fe, tenemos que se mata un argentino cada nueve minutos. Lamentablemente Tucumán es la tercera jurisdicción del país con 4.162 abortos. Son cifras que duelen”.

A su turno, el padre Barrionuevo comentó que hoy los que trabajan contra el aborto son los convencidos, e instó a que trabajaran sobre hechos y verdades fundamentales, invitando a ser profetas de la vida y “ estos son los que anuncian una verdad en medio de un desierto que da cultivo a la muerte. Por eso hay que hacer actividades cómo estás”.

Por su parte, Pecci sostuvo que “estamos sumidos en una profunda crisis moral y estamos obligados a dar batalla. Cómo es posible que en el S. XXI pidamos por los derechos del niño, por el derecho a la vida… porque los derechos no se conquistan, se reconocen como derecho humano”.

Albarracín trazó un comparativo entre la guerra y el aborto: “Organizaciones no gubernativas, trabajan por eliminar las guerras, por paliar los efectos de las mismas, por ayudar a las víctimas, a los refugiados y a los heridos. También frente al aborto hay una multitud de hombres y mujeres de buena voluntad que ofrecen ayudas a las mujeres para que no aborten, para que puedan llevar adelante su embarazo. Tanto en la guerra como en el aborto, mueren seres humanos y se recurre a la fuerza para hacer triunfar los proyectos personales sobre el más débil. Esto no ocurriría si en el mundo hubiese más justicia, más esperanza, más amor, más respeto, más corazones disponibles a la acogida, a la escucha, a la vida”.

“Pero cuando se educa en el respeto a la dignidad de los más pequeños y al valor de la vida humana el número de abortos voluntarios disminuye. Por eso son importantes eventos como la Semana del Niño por Nacer, para seguir generando y promocionando la cultura de la vida. Trabajemos hoy, mañana y siempre apostando por la Vida”, culminó.