Jue. Mar 28th, 2024

Boca venció 2 a 1 a Godoy Cruz dejando sin invicto a su entrenador, el cordobés Diego Flores, discípulo de Marcelo Bielsa, y en una noche casi perfecta se subió al tercer puesto de la Tabla Anual que lo está clasificando para uno de sus principales objetivos que es la Copa Libertadores del año próximo.

Godoy Cruz sorprendió a Boca en el arranque del encuentro con buena presión en la mitad de la cancha y a partir de la recuperación, poniendo hasta seis jugadores en ataque.

Y de hecho provocó dos acciones de riesgo para el arco defendido por Agustín Rossi antes de los 10 minutos en que el arquero boquense finalmente fue vulnerado por un cabezazo bombeado de Tomás Badaloni, después de una recuperación alta del lateral derecho ex River, Elías López, y un preciso centro posterior de Valentín Burgoa.

Pero no se quedó en eso el equipo conducido por el hasta hoy invicto Diego Flores, sino que mantuvo su postura inicial y fue por más, dejando a Boca sin la pelota y al filo de la navaja de recibir su segundo tanto en contra.

Este panorama se extendió hasta la media hora del encuentro, cuando Boca empezó a repartir la posesión en la mitad de la cancha con una contrarrecuperación que le permitía depositar la pelota en quien mejor sabía manejarla en esa zona media, que era Agustín Almendra.

Por eso, una subida de Frank Fabra antes de los 40 minutos con una definición al primer palo que engañó al arquero paraguayo Juan Espínola, que esperaba el centro atrás, le dio a Boca el empate por el que venía trabajando «formalmente» desde hacía 10 minutos nomás.

Pero ese ya era el mejor momento de Almendra en el partido y cuando expiraba el primer tiempo frotó la lámpara en la mitad de la cancha, con sombrero incluido y una gran habilitación para Luis Vázquez, que avanzó 15 metros con pelota dominada y definió abajo, contra el primer palo, para convertir su quinto tanto con la camiseta auriazul.

El segundo tiempo fue distinto desde su comienzo y ya no se pareció en nada al primero, porque Godoy Cruz, si bien se mantenía en partido, no era todo lo incisivo de la primera media hora de juego y Boca tampoco peleaba con tanta enjundia por la pelota en la candente zona media.

Entonces los dos empezaron a prestarse la pelota y en quien le daba la mejor utilidad estaba el secreto para que Boca asegurara el resultado o bien Godoy Cruz se acercara a la paridad.

Y en ese ir y venir Boca siempre dejó la sensación de que era más por solidez defensiva y la potencialidad de algunas de sus individualidades, mientras que desde las tribunas bajaba un sugestivo «vamos, vamos, los pibes».