Lun. Oct 6th, 2025

Edward Everett Hale fue un niño prodigio estadounidense que ingresó en Harvard a los 13 años de edad. Se convirtió en ministro, escritor e historiador y en 1903 se convirtió en capellán del Senado. Una vez alguien le preguntó «Dr. Hale ¿Usted reza por los senadores?» A lo que él respondió:  «No, miro a los senadores y rezo por el pueblo.»

Esta cita bien vale para nuestro Congreso, que sanciona leyes que intentando favorecer a los más débiles los perjudican, y que en definitiva no favorecen a nadie. En algunos casos respondiendo a una ideología que no les permite ver más allá de sus narices y les obnubila el cerebro. En otros casos por disciplina partidaria, votando lo que se les ordena, sin utilizar el propio cerebro.

Un claro ejemplo de esta confusión, es la ley de alquileres vigente desde el mes de julio de 2020, que modifica artículos del Código Civil y establece condiciones especiales para los alquileres de vivienda, impidiendo la libertad de acordar entre locadores y locatarios.

La ley establece un plazo mínimo de tres años para los contratos, y la indexación de los valores mediante un índice que publica el Banco Central que contempla, en partes iguales, la variación de la inflación (de acuerdo al IPC que mide el Indec) y los salarios, según la remuneración promedio de los trabajadores estables (Ripte).Se estima para el mes de julio, primer mes de la indexación, que el índice establecerá entre un 38 % y un 40% de incremento, bastante por encima de los ajustes que se venían pactando libremente, que eran de 15 % semestrales.

De hecho, en lugar de favorecer a los inquilinos, la ley generó temor en los propietarios que retiraron sus inmuebles del mercado. Esta retracción de la oferta provocó un aumento en los precios de los alquileres, efecto no deseado. Por otra parte, la ley no ofrece garantías para facilitar el acceso a la locación sino que la regula una vez comenzada la relación contractual, por lo que esta regulación resulta nociva para el mercado y para la economía en general.

Desde la inmobiliaria Liotto Propiedades se afirma que desde la sanción de la ley, el mercado locativo viene muy golpeado. La norma fracasó perjudicando tanto a inquilinos como a propietarios y distorsionando a todo el sector.

Está muy claro que a Senadores y Diputados el tiro les salió por la culata.

La Ley de Alquileres es un asunto de importancia, por la incidencia del valor de las locaciones en el salario de los trabajadores.  Pero otros temas menores también son objetos de atención de nuestros legisladores nacionales, y elaboran proyectos al respecto.  Muchos de ellos nos generan sorpresas, como uno que busca revalorizar al asado con cuero entrerriano, otro pretende declarar a la ciudad cordobesa de Oncativo como la capital del salame. También preocupa a nuestros legisladores lo que sucede allende los mares; existe un proyecto de reclamo a la comunidad internacional para combatir el hambre en África y hasta un repudio contra el uso de Viagra por parte de los soldados de Libia, entre las propuestas disparatadas de los diputados y senadores argentinos. En esta línea, el senador del Movimiento Popular Neuquino, Horacio Lores, presentó una propuesta para dotar de carácter nacional a «la fiesta del puestero» que se desarrolla en Junín de los Andes.

Quizás sea bueno que se ocupen de estas nimiedades y no sigan estableciendo normas y regulaciones que solo nos complican la existencia o que logren efectos no deseados.