El mundo entero está pendiente de las elecciones en los EEUU. Y no es para menos, ya que sus resultados inciden, de alguna manera, en todos los países. La gran Nación del Norte, con sus 50 estados federales, desde la Florida hasta Alaska y Hawái, y 328 millones de habitantes, tiene un régimen presidencialista muy pronunciado. Su primer mandatario, sin duda, es el hombre más poderoso del planeta.
Todavía hoy se están contando los votos y si bien el demócrata Joe Biden, candidato opositor al actual mandatario republicano Donald Trump, encabeza los resultados, en votos para el Colegio Electoral, aún faltan registrar los resultados finales en algunos estados. Biden o Trump, deben alcanzar el número mágico de 270 votos electorales para imponerse. Biden ya contabiliza más de 260, mientras Trump reclama por un supuesto fraude e insiste en que es el ganador, si así no se lo reconocieran, acudiría a la justicia.
Nunca en la historia de la Unión se dieron elecciones tan reñidas y una fenomenal grieta se está produciendo entre los que apoyan a Biden contra los que apoyan a Trump. Una fractura que nunca se vio en la desarrollada democracia norteamericana. El presidente, con su estilo, excesivamente franco y de manifiesta soberbia, alienta esta fractura que no solo afecta a los EEEUU sino también a toda la humanidad.
La gestión de Trump tuvo señalado éxito en materia económica y hasta que comenzó la pandemia de coronavirus, era candidato a ser reelecto. Pero el virus, al que no le prestó inicialmente debida atención, y minimizó sus efectos, causó unos 9,7 millones de infectados y 235000 muertos en el país, ocupando el penoso primer puesto mundial en ambos ítems. Ayer mismo se produjeron mas de 100.000 contagios en 24 horas. Además, la pandemia provocó la mayor crisis económica desde la depresión de los años treinta.
Este es el contexto en el que tienen lugar las elecciones, de las que Trump no acepta el resultado y alimenta la grieta entre republicanos y demócratas que, sin duda, será difícil de cerrar. Los argentinos conocemos mucho de grietas y fracturas a lo largo de nuestra historia. Los norteamericanos suelen resolver sus conflictos políticos de manera diferente.
Bien vale aclarar que el sistema electoral de los EEUU genera conflictos y puede darse la paradoja de que un candidato obtenga la mayoría de sufragios en las urnas y no sea electo presidente. Cada Estado tiene un numero determinado de electores para el Colegio, el que gana el Estado, aunque sea nada más que por un voto, gana todos los electores. Lo justo sería que se dividan proporcionalmente, según el número de sufragios. Es un sistema que debe ser cambiado.