Vie. Nov 7th, 2025

Ayer,12 de octubre, tuvo lugar un nuevo banderazo contra las políticas del gobierno y mal que les pese a muchos funcionarios, volvió a tener una concurrencia masiva en diferentes lugares del país. La protesta fue pacífica, más allá de que algún desubicado, de los que nunca faltan, pudo tener actitudes ofensivas o antidemocráticas.

La movilización en caravanas de automotores o a pie, tuvo como objetivo reclamar al gobierno kirchnerista, en múltiples consignas que se sintetizaron en el reclamo por la economía, por la salud, por la educación y por la libertad.  

Es fácil interpretar estos reclamos, la economía está destruida y la crisis ya se anuncia como la peor de la historia del país, mucho peor que la del 2001, cuando se reclamaba “que se vayan todos”. Por la salud, está claro que la política sanitaria para contener el coronavirus ha fracasado. No obstante tener la cuarentena más larga del planeta, los contagios y el número de muertos por Covid, continúa en ascenso y ya estamos entre los países que lideran los penosos rankings con más de 903.000 contagiados y más de 24.000 muertes. El ministro Gines González García no estuvo a la altura del problema, al comienzo minimizó al virus y está claro que no preparó al sistema para una pandemia de la magnitud que está soportando la humanidad. En educación, el ciclo está perdido y las secuelas del vacío de este año, se trasladarán indudablemente a los años siguientes. El gobierno no tuvo capacidad para resolver mejor el tema educativo, como sí lo hicieron otros países. En cuanto a la libertad, la cuarentena que al inicio la mayoría apoyó, al prolongarse en el tiempo tuvo efectos nefastos. Se coartaron derechos constitucionales básicos y en medio de la pandemia, el gobierno avanzó sobre temas muy urticantes para la sociedad como la reforma judicial.

Lo notable y muy destacable de estos banderazos, es que es el mismo pueblo el que los convoca a través de las redes sociales y también que el reclamo es inédito, ya que demanda por sus derechos y las instituciones.

Los mayores rechazos los cosecha la Vice presidenta, Cristina de Kirchner, aun cuando está muy mal que se simule su ahorcamiento como ocurrió en Tucumán. El presidente a través de un tuit salió a defender a Cristina, «Disentir con un gobierno es parte de la democracia. Movilizarse, aún con el riesgo que implica en una pandemia, también». Y añadió: «Pero promover una convocatoria a una protesta en el domicilio de una persona solo fomenta la grieta y daña esa convivencia democrática», dijo el mandatario sobre la protesta que se había convocado frente a la casa de la Vicepresidenta, en la Recoleta

Esta fue la octava manifestación espontánea contra las políticas gubernamentales, desde la que se hizo el 20 de junio, cuando Fernández anunció la expropiación de la cerealera Vicentín, que terminó en una “marcha atrás”.

No hubo pleno consenso en la oposición sobre sumarse a la protesta. Estuvieron entre otros Patricia Bullrich, presidenta del PRO, también, Fernando Iglesias y Waldo Wolff, diputados nacionales de Juntos por el Cambio, el ex titular de Medios Públicos Hernán Lombardi, el ex embajador en China Diego Guelar. La que no se sumó a la marcha, es Elisa Carrió, que como es habitual en ella le complace tener una actitud controvertida y poco ponderable.

Minimizar el banderazo de ayer, como los anteriores, tal como lo plantea el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero, es un error, al gobierno le conviene hacer una autocrítica,  analizar su rumbo y efectuar las correcciones necesarias, antes de que el país se estrelle.