La imagen del presidente Alberto Fernández no para de caer. La imagen negativa del primer mandatario ya supera por más de 10 puntos a la positiva, 48,5 % contra el 37,3 %. Muy lejos parecieran los porcentuales de aprobación de su gobierno que superaban el 80 % en los comienzos de la cuarentena. Pero Alberto desaprovechó ese momento y paulatinamente pero inexorablemente observa como aumentan los rechazos a su gobierno. Alberto no supo, no quiso o no pudo, poner límites a su vicepresidenta y aceptó obedientemente las órdenes de la viuda de Néstor Kirchner.
La encuesta que da ese resultado fue realizada entre el 26 y 28 de agosto por la consultora Giacobbe & Asociados que contempló 2.500 casos en dispositivos móviles con un margen de error de +/- 2%.[i]
La gente también rechaza, en porcentuales similares, la larga cuarentena que ya lleva más de seis meses y que ha destruido la economía en niveles históricos. La caída del PBI mostró en el segundo trimestre del año el mayor derrumbe en toda su historia. La dirección de Cuentas Nacionales del Indec, informó esta tarde que el retroceso fue de 19,1% interanual en ese período, por encima del registrado tras la crisis de 2001. Recordemos que el PBI o Producto Bruto Interno, mide el valor monetario de todos los bienes y servicios producidos por una economía valorados a precios constantes.
La reestructuración de la deuda, que debió ser una muy buena noticia que calmara los mercados e hiciera bajar el riesgo país, no se vio reflejada en estos indicadores. El riesgo país aumenta y la presión sobre el dólar se ha incentivado. Ante la pérdida de reservas, el BCRA ha limitado más el cepo. Pero en economía ante una acción siempre se registran reacciones. Estas limitaciones han generado mayor desconfianza en los ahorristas y sacan sus dólares de las cuentas, lo que ha provocado alarma en el Banco Central. Otras medidas, que se toman o se anuncian, como el DNU sobre las comunicaciones, el impuesto a la riqueza, el incremento de la carga impositiva, ahuyentan las inversiones y produce temor en las empresas. El clima de negocios es malo y se descree de la capacidad del gobierno para recuperar la economía.
El mundo entero padece los efectos de la pandemia en las economías, pero Argentina ya venía de una prolongada recesión, por lo que el problema es mayor, se registran 29 meses de recesión continua. Ya en abril, el primer mes de cuarentena plena, la actividad económica se derrumbó el 26,4 fue el número que registró el INDEC. Según Juan Bour de Fiel, es la mayor caída en 120 años. [ii]
Según los supuestos oficiales, sin pandemia, el PBI mostraría para el 2021 un rebote de 5,5%, tras caer 12% este año; la inflación rondaría el 29%, unos 20 puntos menos que lo que estima el mercado y el dólar oficial sería de $102,4 con una suba menor al que mostrarían otros precios de la economía.
Los economistas en general no son optimistas de cara al futuro, claro está que todo depende del tiempo que continúe afectandonos el Coronavirus