Mar. Abr 23rd, 2024

El procesamiento con prisión preventiva de Cristina de Kirchner, no puede hacerse efectivo por ampararla sus fueros parlamentarios. El pedido de desafuero es rechazado de plano por el Jefe de la bancada justicialista Miguel Picheto, para quien, la «prisión preventiva no tiene un contenido integral de sentencia condenatoria». Sin  los votos de su bancada, es imposible lograr que el cuerpo desafuere a la ex Presidente, calificada por la justicia, como Jefe de una Asociación Ilícita (es decir, una banda delictiva)

La condición de Picheto para que se produzca el desafuero, es la sentencia en firme, lo que a todas luces es un despropósito. En nuestro sistema judicial, una sentencia puede ser apelada en diferentes instancias, tanto que pueden transcurrir muchos años, hasta que la sentencia condenatoria quede firme. Un caso que evidencia lo absurdo del sistema es el del también Senador Carlos Menem, que acumula sentencias tras sentencias, pero todavía le queda una postrera instancia a la que ya acudió, pero que demora largamente expedirse. Desde su primera condena han transcurrido ya más de 18 años. No obstante las sentencias atesoradas, Menem es presunto inocente, hasta tanto no haya sentencia condenatoria en firme. Claro está que lo de Carlos Menem es muy diferente a lo de Cristina, ya que nunca un juez pidió el desafuero y/o la detención del ex Presidente.

La dirigencia política transita un andarivel diferente al de la gente.  La opinión pública bien interpreta que los fueros constitucionales tienen una finalidad distinta., libertad plena del legislador para expresarse sin temores. No tenían ni tienen la finalidad de convertir a los cuerpos legislativos en aguantaderos de ladrones.  Y quiere ver a los ladrones, entre rejas.

La causa de los cuadernos es de enorme trascendencia y puede implicar un antes y un después para las contrataciones del Estado. No solo es Cristina la involucrada, sino por primera vez en nuestra historia jurídica se procesan masivamente a personalidades del mundo empresarial, pero que han participado de una u otra manera, pero siempre con afanes de lucro,  en esta organización delictiva.  El fallo del juez Bonadío, redactado en 558 páginas, se da después de 5 meses de investigación y tiene ya 35 cuerpos. Es un ejemplo de cómo debe actuar la justicia. Y vale razonar, si el brazo de la Ley hubiera actuado en tiempo y forma, ante las distintas denuncias que se venían formulando en años anteriores sobre hechos de corrupción, se hubiera evitado gran parte del enorme saqueo al Estado, que superaría según estimaciones admisibles, los 36. 000 millones de dólares.

Que el Senado se transforme en un aguantadero o nó, es responsabilidad de los mismos senadores.  El ordenamiento constitucional de separación de los poderes del Estado, indica que es la justicia la responsable de hacer cumplir la ley. El Senado no está para juzgar y mucho menos para oponerse a las decisiones de la justicia. Debe obligar a sus senadores a acatar la ley y someterse a la justicia como cualquier ciudadano.

Y vale un ejemplo. En 1996, el Senador Eduardo Angeloz, había solicitado su propio desafuero para que la justicia lo investigue, Cristina por entonces Senadora, promovía que Angeloz perdiera toda protección para enfrentar a la Justicia. Fue lo que finalmente ocurrió.

Será la historia la que juzgue a Miguel Angel Pichetto y a los senadores que escuden, con equívoca interpretación de sus roles, a Cristina de Kirchner, la que será considerada por la opinión pública independiente, una prófuga de la justicia.

Hay que modificar la ley de fueros