Jue. Mar 28th, 2024

Sonriente y de buen humor, Diego Boneta (27) llega a la entrevista con Teleshow cantando Persiana Americana de Soda Stereo. El protagonista de Luis Miguel, la serie lleva una semana en la Argentina, dónde estuvo grabando una publicidad de Head &Shoulders de P&G que impulsa el uso plásticos reciclados de las playas para sus embases. Y se muestra muy entusiasmado con la campaña de limpieza de mares con la que sueña hasta Mar del Plata. Pero también se confiesa sorprendido por la gran repercusión que tuvo su estadía en nuestro país, dónde antes de encarnar al Sol de México podía caminar tranquilo y sin que nadie lo reconociera.

— ¿Cómo la pasaste durante tu vista?

— Muy bien. Ha sido una semana muy intensa en todos los sentidos. Estuve aquí rodando una publicidad y la verdad es que no me esperaba este recibimiento de la gente. Para nada. Desde que llegamos al aeropuerto el domingo a la noche, no podía creer lo que pasaba con los fans, los medios…

¡Las chicas y las madres! Fue algo muy lindo, realmente. Porque muchas mamás llegaban y me decían: «Yo pude ver este programa con mi hija y, ahora, ella es fan de Luis Miguel gracias a la serie». Y me encantó oír todo lo eso, porque eran mujeres de todas las edades. Y había muchos hombres también…

— ¿Qué te decían los hombres?

— Es que me da pena decirlo…(se ríe)

«Sos un capo, sos un capo». Y lo de los hombres también se me hizo muy cool. Porque, antes, en mi carrera eran mucho más las mujeres las que me seguían. Pero, desde que hice Luis Miguel, también son muchos varones los que se me acercaron a hablarme de sus hijas, de sus esposas o de sus novias. Y me encantó eso también. Pero las fans estuvieron en todas las ocasiones, todos los días, echándonos porras… El director estaba muriéndose de las ansias, porque ya no sabía qué hacer. Y fue bastante gracioso.

— ¿Esta fue tu primera visita a la Argentina o ya habías estado antes?

— Mi primera visita fue en noviembre de 2005, cuando grabé mi primer disco como solista (Diego) con el Cachorro López, a quién de hecho vi en este viaje después de doce años y me dio mucho gusto. Luego he venido otras veces, así que creo que esta es mi cuarta o quinta vez. La última fue con mi hermana, hace un par de años. Pero es la primera vez que vengo y pasa esto. Este era un mercado en el que sí, de vez en cuando, me reconocían por alguna serie. Sobre todo, por algunas americanas que hice. Pero esta locura, no…

— ¿Nunca habías vivido algo así aquí?

— No, por eso es que este viaje fue tan especial. Y a mí no me molesta, al contrario, me da mucho gusto. Porque uno trabaja para que esto suceda y no se puede tener éxito sin que esto pase. Además, las fans me motivaban y me dieron la energía como para poder seguir toda esta semana.

— ¿Qué es lo que más te gusta de la Argentina?

— No es necesariamente en orden de importancia, pero sería la carne, los helados, la fugazzeta…Y la gente se me hace increíble. Obviamente, las mujeres argentinas son hermosas, hermosísimas. Y aún no conozco la Patagonia, pero me gustaría conocer no sólo Buenos Aires, que es parte de la Argentina pero sé que no es toda.

—Hablas de las mujeres y estaban todas preocupadas porque dijiste que estabas solito acá…

— Habían dicho que había una uruguaya conmigo…(se ríe) ¿Quieres oír algo verdaderamente chistoso? Mi equipo de trabajo cambió mi nombre en el hotel por el de mi otro representante, que está en México y se llama Cory. Creo que aquí es un nombre de mujer, pero él es hombre. Y, a la hora de cambiarlo, surgió el rumor de que yo estaba con una chica. Nosotros nos estábamos muriendo de la risa y le hicimos un bullyng al pobre Cory. Le decíamos: «Tu aquí eres una mujer uruguaya, no eres tu». Pero yo vine con mi equipo de trabajo y ya.

— Pero, ¿estás en pareja? (Se lo vincula con Camila Sodi, su compañera en la serie)

— Mira: eso quisiera dejarlo ahí. Lo aprendí de Luis Miguel, que siempre mantenía su vida privada de manera privada. Eso es algo que yo siempre he hecho. Y, afortunadamente, siempre he tenido una relación muy padre con la prensa, dónde hay un respeto mutuo. Y quisiera mantenerlo así lo más que se pueda.

— O sea que queda el misterio…

— Exacto.

— Pero si le tenemos que decir a las chicas argentinas qué le seduce a Diego Boneta de las mujeres, ¿qué le diríamos?

— Me encantan las mujeres inteligentes, apasionadas…Para mí, la pasión es algo importantísimo en cualquier persona. Es una de las cualidades más importantes, porque yo soy una persona súper apasionada. Y me encanta conocer gente que tiene una pasión en la vida, que tiene una meta. ¿Si me entiendes? Mujeres que sean divertidas. Y a las que les guste comer, porque yo como muchísimo…

— ¡Eso es un problema para las mujeres!

— Creo que por eso estoy solo…(se ríe)

— Entonces reconocés que estás solo: ¿las chicas se pueden ir anotando?

— Entonces… no, pero sí…

— Cuando hablás de mujeres que tengan una pasión en la vida, ¿significa que no estarías con una chica que esté sólo para acompañarte a vos?

— No creo… Para mí es importante poder admirar a la persona con la que estás. No necesariamente tiene que hacer lo que yo hago, puede hacer cualquier otra cosa. Pero, para mí, eso es fundamental. Porque tampoco se me hace justo que la vida de alguien tenga que estar entallada a la mía. Creo que tiene que haber un equilibrio. Y a mí me encanta estar con alguien que me complementa, que sabe cosas que yo no sé, que ha ido a lugares a los que yo no he fui y que me reta a ser un mejor hombre y una mejor persona.

— También es fundamental que te apoye en tu carera y que no te cele, ¿verdad?

— Eso también. Que ella entienda lo que hago, que es mi vida y es mi pasión. Cualquier persona que esté conmigo tiene que entender que las dos cosas más importantes de mi vida son mi trabajo y mi familia.

— Casualmente, tu familia siempre está presente en tus redes. ¡Sobre todo tu abuela Pepa!

— ¿Ah, sí? ¿Cómo es que la conocen?

— Por tus cuentas, en las que te vemos llevándole flores…

— Sí, pobrecita, ya está muy mal. Tuve tiempo de ir a verla, literalmente, 24 horas hace un par de semanas. Yo tenía un viaje a China pero tuve un día libre, así que me fui de México a Texas y estuve con ella un par de horas. Ella es una mujer súper importante para mí. Es mi abuela materna. Resulta que la única persona en mi familia que tuvo algo que ver con la música o con esto, era mi abuelo Otto, su ex marido, que era portorriqueño. Entonces ella y yo tenemos un vínculo muy especial, porque soy el único de toda la familia que hace esto.

— ¿O sea que heredaste tu faceta artística del abuelo?

— Mi abuela cree que él reencarnó en mí. ¡Ellá está segura de eso! Entonces, siempre hemos tenido un vínculo muy lindo. Y yo espero que ya pueda descansar y estar en paz, pronto.

— ¿Ella es consciente del éxito que has logrado?

— Sí, aunque me reclama todo el tiempo. «Yo sé que te la pasas viajando, pero ¿cuándo me vas a venir a ver? ¿Ya te olvidaste de mi?». Entonces tengo que enseñarle las entrevistas y le digo: «Mira, Pepa, estaba con tal persona y hablé de ti». Así que gracias, porque esto se lo voy a enseñar…

— Pero no sólo la abuela te ha apoyado, también tus padres (Lauro y Astrid) y tus hermanos (Santiago y Natalia) han sido tu sostén en esta carrera…

— Mi familia es mi roca, es mi ancla, es lo que me mantiene con los pies en la tierra, con noción de lo que es la realidad. Creo que los que trabajamos en esto no vivimos en una realidad, porque no tenemos un trabajo como la mayoría de las personas que trabajan de 9 a 6 de la tarde. Y no es que sea malo, pero creo que es importante siempre tener muy en cuenta cómo es la realidad. Y ellos son los que siempre me recuerdan eso, que para mí es súper importante.

— ¿Y te lo recuerdan con cariños? ¿O a veces con algún reto?

— Mira: si pensaban que Luis Rey era malo, espérate a que conozcan a mis padres…(se ríe). Estoy bromeando. Pero siempre hubo cero tolerancia a ciertos divismos y fueron súper estrictos con eso. No me dejaban pasar una. ¿Cómo? Estando como mis papás y no como mis mánagers y recordándome lo afortunado que soy de poder hacer lo que me fascina. Cuando empecé mi carrera, me acuerdo que en México me llevaban a hospitales de gobierno, con niños con enfermedades terminales que veían las novelas que yo hacía. Yo tenía doce o trece años. Y era súper duro para mí, porque eran niños que ya en semanas o meses iban a estar en otro lugar. Pero eso era para que yo viera que había niños que no tenían la suerte que yo tenía. Y que me tocaba visitarlos porque yo, con mi novela, los haces felices.

— No todo dentro de la fama es algo negativo. También puedes hacer cosas buenas. Y, el hacer esas cosas, era lo que siempre me mantenía con los pies en la tierra. Yo, por ejemplo, nunca dejé la escuela porque esa fue la única condición que ellos me pusieron. Era muy común que, siendo un joven actor, dejara el colegio. Pero yo seguí con mis estudios hasta la Universidad, dónde tomé dos años y medio. Y eso es algo que siempre hizo que balanceara mi trabajo con la realidad.

— ¿Para que no te creyeras la fantasía de la fama?

— Claro. Y no sólo de la fama, sino también del fracaso. Mi papá era tenista y jugó Wimbledon. Y lo que siempre me decía desde chiquito, era una frase que está antes de entrar a la cancha y dice algo así: «El éxito y el fracaso son dos impostores en la vida, que se tienen que tratar de la misma manera».

— No has tenido muchos fracasos tampoco, ¿o sí?

— Sí me ha costado, ¿eh?. Yo creo que he tenido los suficientes como para aprender. No ha sido todo éxito ni todo color de rosas. Para nada. Creo que he tenido mucha suerte. Empecé de muy joven y, muchos de los errores que cometí, fueron a una edad temprana. Pero yo los fracasos no los veo como tales, porque es de ellos de dónde uno más aprende. El chiste es que, si tu aprendiste de ese fracaso, entonces no es un fracaso.

— ¿Y te imaginabas semejante éxito con la serie de Luis Miguel?

— Jamás. A mí me daba muchos nervios pensar en qué era lo que podía pasar con la serie, si le iba a ir bien o si le iba a ir mal. Porque las posibilidades eran infinitas. Y, cuando te cuelgas ahí y empiezas a futurear, puede haber «X» cantidad de posibilidades que no están dentro de tu control. Entonces dije: «Ok, ¿qué está dentro de mi control?». Y eso era trabajar para hacer el mejor papel y prepararme y esforzarme más que con cualquier otra cosa que hubiera hecho en mi vida. Así que usé mis dieciséis años de carrera para aplicar ahí y me enfoqué en eso. Antes de que saliera la serie, me acuerdo que me decían: «Esto te va a cambiar la vida». Pero yo ya había hecho otros proyectos dónde me dijeron lo mismo y no paso. Entonces, para mí era muy importante no tener expectativas y sólo enfocarme en lo que estaba bajo mi control.

— Indirectamente, el éxito de esta serie fue lo que te trajo a la Argentina. ¿En qué consiste la campaña que estás haciendo?

— Justo después de terminar la serie, me senté con Head & Shoulders que quería hablar conmigo. Yo dije: «¿Qué pasó? ¿Vieron la serie y se dieron cuenta de que tengo caspa?». Y me dijeron: «No, te queremos platicar de esta botella, que es la primera hecha de plástico recolectado en las playas». A la persona con la que me junté le apasionaba mucho el tema y le preocupaba todo lo que está pasando con los plásticos en los mares, en el mundo, etc. Y a mí me contagia la pasión. El me contó que hay una isla en el Pacífico del tamaño de Texas, de plásticos. Y yo, honestamente, algunas cosas sabía y otras no. Pero me empezó a dar datos, como que hay una científica que dijo que para el 2050 van a haber más plásticos que peces en el mar. Entonces, hicimos un beach cleaning en Ixtapa y recolectamos los plásticos de la playa. Y fue increíble porque, para hacer una botella, la cantidad de plástico que se necesita es bastante. Así que, realmente, si estás limpiando. Y para mí eso es súper importante, porque si hay algo que caracteriza a Latinoamérica son las playas, desde México a Mar del Plata. O sea que es importante hacer algo con eso.